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El ensayo como búsqueda y creación (página 2)




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IMAGEN, METÁFORA,VERDAD

El problema de la verdad ,por estar estrechamente
vinculado al hombre, sus
necesidades e intereses ha devenido tema central de las
reflexiones filosóficas de todos los tiempos. Se trata de
un eterno problema de las ciencias del
hombre y de la conciencia
cotidiana .

En la asunción de la verdad y su
revelación en tanto tal se han expresado disímiles
concepciones de carácter
racionalista,empirista,realista,subjetivista,objetivista,fundamentalista,coherencista,
fiabilista, escepticista, agnosticista, etc. Esto evidencia la
complejidad del asunto y los varios enfoques
–predominantemente gnoseologistas que se han dirigido a su
solución y búsqueda de argumentos
desentrañadores. Unido a esta búsqueda se han
imbricado al objeto investigado múltiples problemas
filosóficos, sin los cuales se hace difícil avanzar
en la investigación ,tales como: la
relación entre saber y opinar, los objetos del saber, la
noción de opinión y creencia, la cuestión de
la duda, el
conocimiento y la certeza, el contenido del método, la
percepción y la introspección, la
distinción entre verdades de hecho y verdades de
razón, la praxis como criterio objetivo de la
verdad, etc.

En la generalidad de los enfoques de la verdad y sus
mediaciones, históricamente se impuso la concepción
a priorista, en mi criterio, de la adecuación o identidad del
pensamiento
con los los hechos, con la realidad en la convicción del
conocimiento
científico como único paradigma de
saber y la reducción de éste (el saber)al conocimiento.
Como si el mundo espiritual del hombre fuera sólo
conocimiento, al margen de los valores y
otros medios de que
dispone el sujeto en relación con el objeto. Pierden de
vista que la actividad humana, funciona y opera como esencial
relación sujeto-objeto y sujeto-sujeto, donde lo ideal y
lo material se convierten recíprocamente, mediante la
praxis; y que no es posible reducir estas relaciones complejas
sólo al conocimiento. Todas se integran al saber, como
resultado aprehensivo de momentos cognoscitivos, valorativos,
prácticos y comunicativos.

Al mismo tiempo, el
reduccionismo racionalista epistemológico, convertido en
único paradigma de la modernidad,
redujo la verdad a la verdad científica, con la nefasta
imposición teórica del del discurso
cientificista-objetivista, fundado en un logicismo extremo y en
un sistema
categorial cerrado, en forma de modelo
metodológico al cual la realidad y los hechos deben
adecuarse. Metodologismo logicista que soslaya o no tiene en
cuenta la subjetividad humana con toda su riqueza expositiva
,incluyendo el lenguaje
que resulta reducido al lenguaje
científico, con con sus respectivas categorías
centrales y operativas. Olvidan que a la misma verdad de la ciencia, en
tanto resultado humano, le es inherente el momento cultural y
toda la carga de imaginación creadora que impregna
el hombre en
su acción. No tienen en cuenta, además, la
existencia de la verdad histórica, artística,
moral,
etc.

Este modo de acceso a la verdad, por su reduccionismo
epistemológico formal y la identificación del
lenguaje con el puro lenguaje científico tradicional, se
incapacita, teórica y metodológicamente para
incluir en su discurso otras formas aprehensivas de la realidad
por el hombre en la construcción de la verdad como proceso y
resultado integral del quehacer humano en correspondencia con sus
necesidades, intereses, objetivos y
fines. Se margina o desecha del proceso del saber el lugar de la
imagen que
suscita, de la imaginación creadora del hombre, la
metáfora y otras formas tropológicas, cuyo sentido
figurativo no le resta valor
cognoscitivo, práctico, axiológico y comunicativo.
Todo lo contrario, activa el proceso del saber y le imprime
más sentido de integralidad, y con ello, nuevas
posibilidades de aperturas para penetrar los procesos
reales .

1.-IMAGEN, POSIBILIDAD, REALIDAD,
CREACIÓN.

La imagen, como representación viva de una cosa,
un fenómeno, proceso, acontecimiento, etc, constituye un
medio representativo de gran importancia cognoscitiva,
práctica, valorativa y comunicativa, tanto en su sentido
figurado (tropológico)como en su forma directa o sentido
recto. Su riqueza de contenido deviene por sus múltiples
poderes representativos de la imaginación, ya sea como
expresión compuesta sólo de palabras que significan
objetos sensibles, como forma viva y eficaz de algo por medio del
lenguaje,como
metáfora,sinécdoque,metonimia,etc.

La siguiente metáfora capta en su esencialidad la
función
de la imagen:".pone a los ojos del cuerpo lo que sólo es
visible con los ojos del alma", es decir, a través de la
imagen ,es posible elaborar un producto
mental que da forma concreta a lo abstracto. Es que la imagen
como resultado de la imaginación, constituye un medio
indispensable en la construcción de toda verdad, en tanto
creación espiritual capaz de revelar esencias y conceptos,
inaprehensibles por los medios lógicos comunes,
tradicionales, sin perder la logicidad que le es inmanente como
producto mental humano.

"La imagen según Lezama Lima- es la causa secreta
de la historia. El
hombre es siempre un prodigio, de ahí que la imagen lo
penetre y lo impulse. La hipótesis de la imagen es la posibilidad.
Llevamos un tesoro en un vaso de barro, dicen los Evangelios, y
ese tesoro es captado por la imagen, su fuerza
operante es la posibilidad."

El gran poeta y pensador cubano, un Maestro de la imagen
y la creación, logra con su profesionalidad
filosófico-literaria, reducir lo ideal a lo tangible y
viceversa para descubrir complejidades del cosmos humano en
relación armónica con el Universo. El
hombre como posibilidad latente de excelencia y
creación-credo martiano-,por su capacidad imaginativa
accede a la luz ,convierte la
posibilidad en realidad. "Y ese ascender hacia la luz es el
acierto de la posibilidad, mientras la imagen errante como una
luciérnaga, se apoya en una sustantividad poética
,en ese campo
magnético germinativo, para engendrar esa imagen que
lo temporal necesita para formar esas inmensas masas corales,
donde una poesía
sin poeta penetra en el misterio de lo unánime. Es el
cántico de la imagen, cuando logra verle la cara al
develamiento de lo histórico porque ya anteriormente lo
germinativo en el hombre, se nutrió de una imagen
desmesurada que rebasaba al hombre y le comunicaba los prodigios
de la sobrenaturaleza".

La posibilidad como " hipótesis de la
imagen", en el decir lezamiano ,resulta reveladora ,pues el
devenir del hombre en búsqueda eterna de la verdad, se
funda en infinitas posibilidades para elegir lo que desea, en los
marcos de laberintos a veces insospechados y confusos que impone
la historia y la cultura. La
libertad, como
posibilidad de elección encuentra en la imagen
vehículos orientadores o desorientadores,pues puede
construir verdades, pero también mentiras, errores. No es
un simple problema, como no lo son ningunos en el quehacer del
hombre.

Sin embargo, sustatus positivo guía su
razón utópica. De Martí, el más
grande pensador cubano de todos los tiempos, dijo Lezama:
"Llegó por la imagen a crear una realidad, en nuestra
fundamentación está esa imagen como
sustentáculo del contrapunto de nuestro pueblo. Esa fue la
interpretación de las huestes bizoñas lanzadas al
asalto de la fortaleza maldita. La posibilidad
extendiéndose como una pólvora de platino,fue
interpretada y expresada. No fue un fracaso, fue una prueba
decisiva de la posibilidad y de la imagen de nuestro contrapunto
histórico,al lado de la muerte
,prueba mayor, como tenía que ser. Son las trágicas
experiencias de lo histórico creador."

En fin, la posibilidad, actuando sobre la imagen,
vehicula procesos reales o funda utopías realistas en la
construcción de la verdad. Son juegos y
rejuegos del lenguaje y la imagen que armonizan la verdad, la
belleza y la bondad, siguiendo la rica tradición griega
que viene de Sócrates,
Platón
y sus seguidores contemporáneos. Es sencillamente una
concepción que al considerar la posibilidad como
hipótesis de la imagen,no hace más que unir
conocimiento y valor, sentimiento y razón, ciencia y
conciencia, realidad y utopía. Es que la imagen ,con la
posibilidad como hipótesis ,abre caminos insospechados al
acercamiento de la verdad. Porque la verdad, no es sólo
conocimiento, razón. Es todo hacia lo cual se dirige el
hombre con todos los medios disponibles que guían su
espiritualidad creadora ,incluyendo el camino poético del
lenguaje ,hasta convertir la posibilidad en realidad.

Tanto la imagen natural(representa un objeto sensible
mediante otros objetos sensibles)como la idea
(representación de de ideas abstractas o estados sensibles
indefinidos a través de formas concretas ,reuniendo
cualidades o atributos )son medios idóneos de acceso a la
verdad ,pues son productos
nuevos ,permeados de razón utópica, fantasía
y sensibilidad. ¡Cuánto dice, suscita y enriquece la
representación de la salida del Sol con la imagen!: "abre
la mañana sus alas de oro", o representar con palabras del
gran poeta español
Juan Ramón
Jiménez, un campo florecido en primavera, con la imagen
:"Diríase que el cielo se deshace en rosas", o en
García Lorca, para expresar el viento:

"Yo soy todo de estrellas derretidas,

sangre del infinito;

con mi roce descubro los colores

de los fondos dormidos .

Voy herido de místicas miradas…

O de Herrera Reissin, uando nos concreta ,cómo el
cura campesino sacaba de la tierra lo
suficiente para adornar el altar: el ordeñar la
pródiga ubre de la

montaña

para encender con oros su pobre

altar de pino.

¿Por qué entonces la epistemología racionalista tradicional,teme
tanto al camino poético del lenguaje, y sólo admite
la imagen gnoseológica fría, impersonal, y por todo
ello, abstracta, vacía?. Cuando históricamente la
praxis muestra el valor
de subjetividad, de la imaginación creadora y bella en la
revelación de la existencia humana, incluyendo la verdad
que cualifica una de los principales objeto de búsqueda
para realizar su ser esencial. Sencillamente, el paradigma
gnoseológico logicista ha quebrado .Asistamos a sus
funerales, pero sin absolutizaciones para no incurrir en sus
mismos errores.

El hombre mediante la imaginación crea imágenes
que colorean la vida y su entorno .Un lenguaje cuando produce
imágenes creativas no dispone, sino propone, suscita y
anticipa. Es como un reflejo anticipado que no permanece
pasivamente ,se dirige al futuro,a lo por venir con
vocación ecuménica y en pos de la
concreción. Por eso Descartes
identifica la imagen con la idea o prefiere ésta en lugar
de aquella, para significar la la representación mental
,sin reducirla al simple reflejo sensorial reproductivo ;pues la
idea ,como como imagen mental, recrea con vuelo de altura,
construye ,se adelanta y enriquece con la invención y
nuevas propuestas, diferentes de las que ya existen.

Abordar la realidad subjetivamente, es imaginar,
descubrir, develar algo nuevo, trasuntado en novedades que dejan
el reino de la posibilidad para encarnar realidades concretas,
que al mismo tiempo son fuentes de
nuevas aprehensiones. Fundarse en la imagen creadora, es
prolongar los fines humanos y realizarlos en bien del
hombre.

Crear es imaginar con plena libertad y poner los fines
para satisfacer necesidades e intereses humanos .No es
sencillamente dar cauces a la ficción y a las quimeras de
la razón .Es sentir al mismo tiempo que nos alejamos de lo
inmediato con vocación trascendente hacia lo maravilloso
que enaltece y da fuerzas en dirección a la verdad que siempre buscamos
,al saber integrador que altera la realidad para descubrirla.
Sencillamente,"(…)lo maravilloso comienza a serlo de
manera inequívoca cuando surge de una inesperada
alteración de la realidad (el milagro),de una
revelación privilegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual o singularmente
favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad ,de una
ampliación de las escalas y categorías de la
realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una
exaltación del espíritus que lo conduce a un modo
de "estado
límite ".Para empezar, la sensación de lo
maravilloso presupone una fe. Los que no creen en santos no
pueden curarse con milagros de santos,ni los que no son Quijotes
pueden meterse, en cuerpo y en alma y bienes, en el
mundo de Amadís de Gaula o Tirante el Blanco"

Alejo Carpentier, nuestro Premio Cervantes, con
imaginación creadora, revela la gran verdad, que toda
Nuestra América,no es más que una
crónica de lo real nmaravilloso. Esta concepción, o
método, si se quiere ,le abrió amplias perspectivas
para revelar la verdad del hombre en relación con el
mundo, mediado por la praxis y sus circunstancias tropicales y
otros contextos que tan sabiamente revela nuestro novelista
mayor.

Sin artificios gnoseológicos, pero siguiendo la
lógica
especial del hombre y su espiritualidad, Carpentier
construyó muchas verdades; creó verdades que hoy la
historia y la cultura enriquecen y amplían con nuevos
sujetos creadores.

Con razón suficiente, Roger Garaudy, refiriendo a
Kafka señaló: El mundo que él vivió y
el mundo que él construyó no son más que uno
(…).Para sentir esa unidad profunda y viva, basta cojn no
perderse en el juego de las
interpretaciones, que consiste siempre en hacer entrar la obra en
el lecho de Procusto de un sistema preconcebido, y a no buscar en
ella más que la puesta en escena novelesca de una
tesis"

La metáfora y la imagen como modos de
revelación humana de la realidad.

Tanto la metáfora como la imagen propiamente
dicha, son modos reveladores del cosmos humano en relación
con el Universo. Ambas
dan cuenta de la riqueza expresiva del pensamiento y el lenguaje
y sus amplias posibilidades creadoras. Son en sí mismas
realidades teñidas de

subjetividad sustantiva. Expresan conocimiento valor,
praxis y comunicación en su despliegue progresivo y
develador de esencias. "En mi sistema poético del mundo
,la metáfora y la imagen tienen tanto de
carnalidad,(…)como de eficacia
filosófica, mundo exterior o razón en sí. Es
uno de los misterios de la poesía la relación que
hay entre el análogo, o fuerza conectiva de la
metáfora, que avanza creando lo que pudiéramos
llamar el territorio sustantivo de la poesía,- enfatiza
Lezama -con el final de este avance, a través de infinitas
analogías, hasta donde se encuentra la imagen, que tiene
una poderosa fuerza regresiva, capaz de cubrir esa esa
sustantividad ¨"La imagen y la metáfora
,independientemente de su carga subjetiva, no son simples
representaciones formales carentes de contenido. "La
relación entre la metáfora y la imagen
–escribe Lezama Lima- se puede establecer con un caballo
tan alado como nadante que persiste en una sustancia resistente
que en definitiva podemos considerar como imagen. La imagen
–continúa el pensador y poeta cubano- es la realidad
del mundo invisible",en la medida que hace tangible lo abstracto
o es capaz de anticipar lo que en el presente es sólo
deseo, sueño, utopía, es decir, sólo
posibilidad, no realidad concreta. "Así los griegos
–continúa Lezama-colocaban las imágenes como
pobladoras del mundo de los muertos. Yo creo que la maravilla del
poema es que llega a crear un cuerpo, una sustancia resistente
enclavada entre una metáfora, que avanza creando infinitas
conexiones, y una imagen final que asegura la pervivencia de esa
sustancia, de esa poiesis. De la misma manera que el hombre ha
creado la orquesta, la batalla, los soldados durmiendo a la
sombra de las empalizadas, la gran armada,el caserío del
estómago de la ballena, ha creado también un cuerpo
artificial que resulta acariciable y existente, como la misma
naturaleza
escondiéndose al tacto. En alguna ocasión he hecho
referencia, hablando de Martí y tratando de establecer las
misteriosas leyes de la
poesía (y no se olvide que las primeras leyes se hicieron
en forma poética),que para esas prodigiosas leyes de la
imaginación, veinte años de ausencia equivalen a un
remolino de la muerte
;así como ,dentro de la orquesta ,una trompeta equivale a
veinte violines. El cubrefuego que la imagen forma sobre la
sustantividad poética es unitivo y fijo como una estrella.
Por eso afirmo en unos de mis poemas,
paradoja profunda de la poesía,que el amor no se
ejerce caricioso, poro tras poro,sino de poro a estrella, donde
el espacio forma una suspensión y el cuerpo se lanza a una
natación
que se prolonga"

No creo que Lezama ontologice la imagen y la
metáfora o siga el camino de la introspección
absoluta de la mente. Sin embargo, como poeta y profundo
pensador, logra revelar los caminos poéticos del lenguaje
en la aprehensión cosmovisiva del hombre en
relación con la realidad y valorar el papel de sus
formas representativas. Es que en el hombre , como decía
Martí, resulta imposible separar lo ideal de lo material,
sí como sus creencias e ilusiones. Considera Lezama que
todo hombre que todo hombre cree en algo, pues hasta el propio
("…)Valery que hizo profesión de ateísmo,
cuando definió la poesía, lo hizo diciendo que era
el paraíso del lenguaje.Ya ve usted –destaca
Lezama-el caso de un ateo usando la palabra paraíso con
toda la resonancia de un católico"

En su cosmología poética, Lezama se
propone destruir la causalidad aristotélica, en
función de la búsqueda y encuentro de lo
incondicionado, dela imaginación creadora. Al mismo tiempo
cree posible hablar de caminos poéticos o metodología poética dentro de ese
incondicionado que forma la poesía.

En la cosmología poética Lezamiana,
imagen, mito y
poesía constituyen una totalidad integradora del discurso
aprehensivo de la realidad. En su criterio, "después que
la poesía y el poema han formado un cuerpo o un ente, y
armado de la metáfora y la imagen, y formados la imagen el
símbolo y el mito – y la metáfora que puede
reproducir en figuras sus fragmentos o metamorfosis-, nos damos
cuenta que se ha integrado, una de las mas poderosas redes que el hombre posee
para atrapar lo fugaz y para el animismo de lo inerte". Lo mismo
ocurre con el juego, que toma en su sistema un sentido
cósmico que preside todo el devenir universal hacia la
unidad Lezama revela en el camino poético del lenguaje,
con todos sus medios y formas de expresarse, un modo de perenne
ascensión, propio de un logos profundo que se aprehende a
través de dos vías esenciales: doxa y ciencia, y
cuyo resultado encarna el sentido cósmico, o el cosmos
mismo. Así, en Muerte de Narciso, "el mito que le sirve de
base, la contemplación de la propia belleza que consume a
su protagonista, permite establecer una especial relación
cognoscitiva entre hombre y universo, dirigida al sentido
cósmico de la unidad entre ambos".

En esta misma dirección, Lezama aporta cauces
interpretativos. Podría analizarse la agudeza expresiva de
su concepción sobre la teleología insular,
estrechamente vinculada a lo cósmico universal, el
problema de la existencia, de la muerte, el tiempo, el espacio,
la historia y en fin, el hombre en relación con el mundo
en varios avatares. Su cosmología poética en si
misma es una eterna búsqueda de verdades por los infinitos
medios de que dispone el hombre, en vinculación directa
con la bondad y la belleza.

Como la metáfora es un cambio de una
palabra o grupo de ellas
al sentido figurado, fundado en la asociación por
semejanza, y la imagen, una representación "concreta" de
estados difusos o ideas abstractas, ambas, en su unidad integran
la traslación de sentido (la metáfora) y la nueva
creación por la reunión de atributos cualificadores
sensibles (imagen). Metáfora e imagen en el discurso
contemporáneo (no solo el eminentemente poético)
aparecen indisolublemente unidos. Esto favorece "el sintetitismo"
que tanto impera y se impone. Este poder
sintetista de ambas, además de vigorizar el estilo y hacer
más sugestivo y suscitador el discurso, le imprime belleza
sensorial y racional a las palabras y a sus
significaciones.

Es difícil encontrar un texto,
incluyendo el ensayo
estrictamente científico que no opere con imágenes
y metáforas, pues necesariamente trabaja con palabras, con
sus respectivos significados y significantes que no pueden
reducirse a lo inmediatamente dado. Requieren de mediaciones y a
estas le son inherentes por antonomasia. "Platero bebía
cristales ensangrentados." Juan Ramón Jiménez
expresa así como el hocico de su asno perturba la
serenidad del agua
enrojecida por el reflejo del sol. La literatura es
metáfora. La poesía es, por excelencia,
metáfora. El arte es
metáfora. Mahler no quería que sus amigos miraran
el paisaje que rodeaba su gabinete de trabajo. Quería que
escuchasen su música. Porque
ahí se encontraba el paisaje, filtrado y embellecido por
la creación estética. El Guernica de Picasso es una
metáfora de la guerra. Las
catedrales góticas son metáforas de la gloria
divina. La piedad de Miguel Angel es una metáfora del
dolor".

La filosofía con todo el arsenal lógico
cosmosivo y metodológico que le es propio y que la
tradición ha impuesto desde
antaño, resulta inconcebible sin el empleo de las
imágenes y las metáforas: "La filosofía,
aparentemente tan alejada del arte, también constituye una
búsqueda de metáforas. Pero mientras el arte busca
metáforas cimentadas, fundamentalmente, en lo sensible, la
filosofía construye metáforas racionales. Un
filósofo realista podría decir que no es
así, que la realidad es como él la expresa. Sin
embargo, en la medida en que expresa la realidad con signos, con
palabras, con algo que media, que intercede entre la realidad y
nosotros, está construyendo una
metáfora".

Para Ortega y Gasset, gran ensayista
contemporáneo español, es la metáfora un
instrumento mental imprescindible y una forma del pensamiento
científico. Marcel Proust considera que sólo la
metáfora puede eternizar el estilo literario, y en general
todo estilo de excelencia.

El logicismo cientificista al hiperbolizar el lenguaje
científico y sus cadenas categoriales sólo ve en
las metáforas figuras ornamentales y decoración
estilística, carentes de información y saber. Su ceguera
epístemologista y abstracta le impide comprender que no se
trata, "(…) tan solo de un tropo intuitivo que maneja la
teoría
de la sustitución, no es una simple analogía, no es
una palabra sustituta que sólo da belleza al lenguaje. La
metáfora es una frase que construye una imagen no-
idéntica, la cual implica una traslación,
múltiples desvíos que generan
plurisignificaciones".

La naturaleza del lenguaje metáforico está
permeada de complejidad, incertidumbre y de ficción
heurística. Por eso puede red-escribir la realidad y
posibilitar nuevas imágenes creativas de lo real
existente. Su capacidad heurística le permite partir de lo
conocido hacia el descubrimiento de lo desconocido, infranqueable
para el sentido recto del lenguaje. La metáfora funda
relaciones contradictorias que traspasan el umbral de los signos
ordinarios para transitar al mundo abstracto, a la esfera de los
símbolos y nuevas profundidades de las
esencias.

Es que la metáfora relaciona
dialécticamente el signo y el símbolo en una unidad
contradictoria, capaz de subvertir la lógica común
para vincular en síntesis
lo concreto del
lenguaje cotidiano (signos) y lo abstracto del lenguaje de la
ciencia (símbolo). Simplemente es la unidad contradictoria
de conceptos diferentes, para generar un movimiento
dialéctico suscitador de varias motivaciones aprehensivas
que incita al pensamiento creador y con ello, también al
lenguaje y a sus actos productivos que generan acciones,
praxis y viceversa.

El siglo XXI, caracterizado por la
globalización, la complejidad y la incertidumbre,
plantea nuevos retos al hombre, a la ciencia y a la cultura en
general. Los resultados científico-técnicos,
concretados entre otros, en las revoluciones en las
tecnologías de la
comunicación, la genética
etc, si bien son valores
útiles al hombre, también pueden enajenar su ser
esencial, despersonalizar las relaciones
humanas, matar las utopías, en fin globalizar la
inhumanidad a través de los centros que poseen la fuerza
de poder. Ante esta situación se requiere mucho sentido de
humanidad y sentido cultural para lograr revertirla y hacer que
prevalezca la globalización de un humanismo que
integre en unidad inseparable, verdad, belleza, bondad y
garantice justicia y
libertad.

Ante esta realidad, la dimensión
lingüística del hombre el lenguaje, en tanto
mediación central entre el pensamiento, la conciencia y la
realidad, puede contribuir con eficacia al impulso de la cultura.
Hay que desarrollar la sensibilidad en los marcos de los procesos
intersubjetivos de la comunicación, pues en la cultura el
contenido cognoscitivo "puro" no es suficiente. La sensibilidad
cualifica por excelencia a la cultura.

El lenguaje, si bien es desacertado su
ontologización, es decir, concebirlo como única
realidad existente, con atribuciones de poderes "mágicos"
, resulta importante como medio de comunicación humana y
si es empleado en función del hombre y su creciente
humanidad. La belleza expresiva, sugestiva, utópica,
subjetiva del lenguaje, no está reñida con la
ciencia, con la verdad. Por eso Martí dice de W.
Whitman:"(…) él es un cosmos (…) . Pinta a
la verdad como una amante frenética, que invade su cuerpo
y, ansiosa de poseerle, lo liberta de sus ropas. Pero cuando en
la clara medianoche, libre el alma de ocupaciones y de libros, emerge
entera, silenciosa y contemplativa del día noblemente
empleado, medita en los temas que más la complacen: en la
noche, el sueño y la muerte; en el canto de lo universal,
para beneficio del hombre común (…)"

El lenguaje metafórico no cierra el discurso.
Abre, enriquece y activa al pensamiento. Su perenne sentido
contradictorio, discontinuo ambiguo, propicia la diferencia y las
interpretaciones diversas que generan significaciones nuevas,
"pues no se trata de opinar sino de hacer suposiciones valederas,
relaciones significativas, apelando a la imaginación, al
sentimiento, a la cognición y a la sensibilidad.
Allí donde habita todo acto de pensamiento, fruto de la
experimentación mental, que permite concebir signos nuevos
como un elemento discursivo, abre el camino a las acciones
creativas "y trascendentes.

Al mismo tiempo, la creación humana es
trascendente cuando se funda en totalidades, cuando rebasa lo
inmediato, sin desecharlo, y se dirige a lo mediato, cuando se
mueve a lo absoluto y aprehende el cosmos humano en
relación con el Universo. El lenguaje metafórico,
por sus especificidades heurísticas, es un medio accesible
por excelencia del espíritu humano.El espíritu
presiente; las creencias ratifican .El espíritu, -enfatiza
Martí- sumergido en lo abstracto ,ve el conjunto; la
ciencia, insecteando por lo concreto, no ve más que el
detalle. Que el Universo haya sido formado por procedimientos
lentos, metódicos y análogos ,ni anuncian el fin de
la naturaleza, ni contradice la existencia de los hechos
espirituales" .

VERDAD,
CONOCIMIENTO, VALORES, PRAXIS, COMUNICACIÓN:
SABER.

El tema de la verdad históricamente ha sido
recurrente y no deja de serlo en la actualidad. Sin embargo, como
en todo los problemas filosóficos complejos ha primado la
unilateralidad de enfoques en su tratamiento. Lo más
común ha sido la reducción del saber al
conocimiento y con ello, las interpretaciones logicistas y
gnoseologistas abstractas. Se ha pensado la verdad como forma de
adecuación o identidad del pensamiento con la realidad que
el sujeto convierte en objeto.

A pesar de los múltiples intentos valiosos de
acercamiento al problema, en mi criterio, aún no se ha
logrado un enfoque integrador de la verdad, donde conocimiento,
valor, praxis y comunicación sean considerados, como
mediaciones centrales en su construcción y despliegue. Las
relaciones sujeto- objeto, y sujeto- sujeto y su eslabón
primario en la conversión recíproca de lo ideal y
lo material: la actividad humana, prácticamente han sido
inadvertidas. Igualmente ha prevalecido el reduccionismo en el
reconocimiento lingüístico de la verdad. En algunos
casos absolutizando en grado extremo el papel del lenguaje en
general y en otros, reduciéndolo sólo al lenguaje
científico, sea de nivel empírico o de nivel
teórico. Las otras formas del lenguaje, incluyendo por
supuesto, el tropológico ha quedado marginado del proceso
aprehensivo de la realidad por el hombre en la búsqueda de
la verdad. No ha faltado tampoco la tendencia acuciante de
identificar la verdad sólo con la verdad
científica. ¿ Y las otras verdades que el hombre
afanosamente busca apremiado por las necesidades, los intereses y
los objetivos y fines propuestos? En los paradigmas de
la verdad y sus repectivos diseños ha predominado el
sentido de exclusión, tanto en su interior como al
exterior de él. Se hace necesario los enfoques
integradores de inclusión, que sin agotar la riqueza de
mediaciones de la realidad – imposible
históricamente – abarque la mayor cantidad posible,
en tanto proceso subjetivo – objetivo, mediado por la
praxis de asimilación constructiva de la verdad. Con
razón Marx, en sus
Tesis sobre Feuerbach, al criticar la especulación
filosófica, en la consideración de la verdad, exige
concreción en los análisis y aconseja abordar la realidad
subjetivamente. En su concepción, la teoría de la
verdad, adquiere terrenalidad sustantiva, si se funda en la
praxis, como su criterio valorativo. Entendida la praxis como
esencial relación sujeto – objeto y sujeto –
sujeto, donde lo ideal y lo material se convierten
recíprocamente.

La verdad es proceso y resultado del devenir humano. Un
producto de la actividad del hombre (sujeto) en relación
con la realidad que convierte en objeto de conocimiento, de la
praxis y de valores que intercambia con otros sujetos. En tanto
proceso histórico es absoluto y relativo. Cada
generación construye verdades limitadas por la historia y
la cultura y al mismo tiempo participa de lo absoluto. Lo
absoluto y lo relativo son momentos inseparables constitutivos de
la verdad, en su unidad y diferencia.

Si ciertamente la verdad se construye en la actividad
humana, y esta representa el modo de ser del hombre, a
través de la praxis, el conocimiento, los valores y la
comunicación, fundados en las necesidades, los intereses y
los fines del hombre, su revelación ( de la verdad) no es
sólo un producto cognoscitivo, desentrañador de
esencias, sino además de la actuación
práctica transformadora del hombre, en correspondencia con
el significado que adquiere la realidad y los deseos de
satisfacción humana. Al hombre no sólo le interesa
qué son las cosas, cuál es su esencia, sino ante
todo, para qué le sirve, qué necesidad satisface o
qué interés
resuelve. Por eso, praxis, conocimiento y valor, son inmanente al
proceso mismo de develación de la verdad.

Son momentos de su propio proceso. Al igual que los
resultados de su actividad resultan estériles al margen de
la comunicación, en tanto intercambio de actividad y de
sus resultados.

La verdad se revela y descubre en las relaciones
intersubjetivas, en espacios comunicativos, donde por supuesto,
el consenso desempeña un lugar especial. Una verdad, fuera
de la práctica del consenso, no encuentra
legitimación y por tanto resulta estéril. Lo mismo
que sin riqueza espiritual no hay acceso posible a ella. La
creación subjetiva, humana, plena de sensibilidad, abre
camino a la verdad. Las vías poéticas del lenguaje,
sustantivan las potencias del pensamiento. El hombre con riqueza
espiritual e imaginativa en estrecha comunión con la
naturaleza y la sociedad, se
aproxima con más facilidad al conocimiento, a la verdad.
Sencillamente, "las ciencias- escribe Martí- confirman lo
que el espíritu posee (…). Así, son una la
verdad, que es la hermosura en el juicio; la bondad, que es la
hermosura en los afectos; y la mera belleza, que es la hermosura
en el arte (…). La naturaleza se postra ante el hombre y
le da sus diferencias, para que perfeccione su juicio; sus
maravillas, para que avive su voluntad a imitarlas; sus
exigencias, para que eduque su espíritu en el trabajo, en
las contrariedades, y en la virtud que las vence. La naturaleza
da al hombre sus objetos, que se reflejan en su mente, la cual
gobierna su habla, en la que cada objeto va a transformarse en un
sonido. Los
astros son mensajeros de hermosuras, y lo sublime perpetuo. El
bosque vuelve al hombre a la razón y a la fe, y es la
juventud
perpetua(…). La aparición de la verdad ilumina
súbitamente el alma, como el sol ilumina la
naturaleza" .

Los caminos poéticos del lenguaje son
iluminadores porque alumbran con luz de estrellas el proceso
constructivo de la verdad. Sus posibilidades son infinitas no
sólo por lo que informan, sino por lo que proponen y
suscitan a la creación del hombre incluyendo a sus
dimensiones gnoseológica y cosmovisiva.

Debe destacarse además que el lenguaje
tropológico no sólo es propio del lenguaje
literario, pues está presente en todas las acciones
humanas. ¿ Quién puede negar que la educación, la
cultura, la ciencia no son metáforas de la vida? En fin el
lenguaje tropológico no puede aislarse del proceso
constructivo de la verdad, como también es imposible negar
la existencia de una verdad tropológica, que por ser
representación figurada por excelencia tampoco debe
absolutizarse sus excelsas posibilidades creativas. Debe
evitarse, reproducir los vicios de otros paradigmas que han
quebrado por su elitismo excluyente. La misión del
discurso que busca la verdad, debe ser su vocación
incluyente, abierta, tolerante, crítica, en resumen con
sentido ecuménico e integrador.

La tropología y en particular la metáfora,
por sus infinitas excelencias creativas, transita en unidad
indisoluble con la teoría del
conocimiento, en la representación del cosmos humano y
el Universo que le sirve de claustro materno, y viceversa, la
gnoseología imprime cauces nuevos expresivos a la sintaxis
tropológica. "Pero creo que la intensificación de
la "sintaxis figurada" en el marco de la poesía
contemporánea tiene también sus razones
contemporáneas, razones que atañen al desarrollo del
conocimiento en nuestro tiempo. La diversidad tropológica
se afina y se precisa ,se hace necesaria al amparo de la
noción de que , el Universo es un infinito de
fenómenos interconectados , en movimiento ,unitario en su
diversidad ;al amparo de esa noción ,y por la necesidad de
reflejarla"

Unido a esta valiosa idea de cómo la
tropología se enriquece siguiendo el cauce
contemporáneo del desarrollo de la gnoseología, se
destacan algunas ideas importantes de la tropología para
la gnoseología en la revelación de principios
sustantivos de carácter epistemológico-cosmovisivo,
tales como:

  • el fundar la analogía en las esencias y no en
    las apariencias.
  • el mostrar los opuestos, los contrarios, como
    unitarios.
  • desarrollar el principio de concatenación
    universal de los fenómenos.
  • afirmar la unidad del mundo en su
    diversidad.
  • desarrollar la idea de totalidad como criterio de
    verdad.

Esta idea última, en mi criterio, resulta
interesante y coincide en parte con una tesis, que no por vieja,
deja de ser sugerente, a pesar de que sobrevalora las
posibilidades de la estética y por tanto, puede repetir
enfoques reduccionistas. Me refiero al filósofo mexicano
José Vasconcelos. En su criterio "(..) llegamos a ella
después de agotar las posibilidades del Logos, y enseguida
la verdad se nos revela como armonía, en vez de la verdad
como identidad" . Propone como método la coordinación y la existencia de un a priori
estético, extremadamente idealizante que opera
según ritmo, melodía y armonía.
Además de hiperbolizar una arista del problema objeto de
análisis, su interpretación está permeada de
artificios eclécticos que no conducen a presentar la
armonía como integralidad incluyente.

En mi criterio el acceso a la verdad, requiere de una
concepción compleja y flexible que priorice un enfoque de
integralidad incluyente en la aprehensión de la realidad
asumida. Creo que el concepto de
saber, con un nuevo sentido hermenéutico, al margen de su
significado histórico tradicional – como
conocimiento en general, de algún modo garantizado en su
verdad, por su objetividad lógico-cognoscitiva , la
identidad y la adecuación- resulta una alternativa
posible. La intelección del saber con un nuevo sentido
hermenéutico, cuya interpretación se dirija no
sólo al conocimiento, sino que incluya el valor, la praxis
y la comunicación, abre perspectivas heurísticas
inagotables. Propicia ante todo que no se absolutice la
razón, entendida como único juez legitimador, y se
incluyan los sentimientos y otras formas aprehensivas humanas en
la construcción de la verdad. Esto posibilita que el
logicismo abstracto, ceda paso a otras formas discursivas
lingüísticas de carácter tropológico,
es decir, otros modos, también discursivos que no operan
sólo con las clásicas estructuras
categóricas, que por su objetivismo impersonal, devienen
unilaterales y abstractas. Un enfoque subjetivo- no subjetivista,
porque no rechaza la objetividad- puede asumir la realidad con
sentido histórico cultural y garantizar la integralidad
sin a priori absolutos y al margen de la actividad
práctica, que en última instancia condiciona el
proceso mismo de la verdad.

La asunción del concepto de saber- y no el de
conocimiento como ha sido tradicional- , comprendido (el saber)
como forma integral humana que incluye todos los medios que
emplea el lenguaje para designar y penetrar en la realidad
permite vincular estrechamente conocimiento y valor, sobre la
base de las necesidades, los intereses, y los fines humanos. Al
mismo tiempo, ayuda a comprender que la verdad no se descubre
espontáneamente, a través de una relación
abstracta sujeto- objeto, sino que se revela en procesos
intersubjetivos, en espacios comunicativos, que integran en su
síntesis: conocimiento, valor y praxis. Todo en los marcos
de la subjetividad humana, donde el hombre piensa, siente, desea,
actúa e intercambia los productos de su actividad en una
relación dialéctica sujeto- objeto, mediada por
infinitos atributos cualificadores de su ser esencial, de la
cultura, la historia y por el consenso legitimador.

Esto significa que si el saber del hombre se propone
acceder a la verdad, en su concreción, no puede soslayar
el papel importante de la actividad humana y su estructura
compleja, así como la cultura y como parte de ella, los
caminos del lenguaje, en toda su diversidad, y sentidos,
incluyendo la vía práctica que tanto influye en la
creación del hombre, así también como
desechar por ineficaces y estériles las imposiciones
"teóricas" y los autoritarismos intolerantes y
excluyentes, expresados como convenciones gnoseologistas.
Simplemente "(..) urge devolver los hombres a sí mismos;
urge sacarlos del mal gobierno de la
convención que sofoca o envenena sus sentimientos
(…) y recarga su inteligencia
con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso. Sólo
lo genuino es fructífero".

Busquemos la verdad con sentido histórico-
cultural humano, imaginación, razón utópica
y vocación ecuménica incluyente. Una
concepción del saber, como integralidad abierta al
diálogo, a la crítica y a la
comunicación puede ser una alternativa posible de
construcción de la verdad, incluyendo por supuesto, la
propiamente de las ciencias
naturales.

En la apropiación de la realidad por el hombre,
su pensamiento sigue el cauce de la ascensión de lo
abstracto a lo concreto y este proceso es en sí mismo
incluyente. Para descubrir la realidad en su mayor
concreción tiene que asumirla en sus varias mediaciones.
En caso contrario, el saber resulta unilateral y abstracto, por
seguir un cauce excluyente que absolutiza algunos momentos y
pierde el sentido de totalidad y de unidad en lo diverso y
complejo. Con ello, se incapacita para apropiarse de lo concreto
en sus diversas mediaciones y condicionamientos.

La concepción de la verdad como saber integral no
puede soslayar tampoco la importancia cognitiva del lenguaje
metafórico, capaz de lograr la unidad de la diferencia,
como certeramente señalan Ricoeur y Jakobson. Igualmente
no se puede negar la independencia
relativa del conocimiento científico y otras formas de
aprehensión humana de la realidad. Pero en los marcos de
una perspectiva o enfoque cultural que vincule razón,
sentimiento, ciencia y conciencia. No se debe olvidar, que la
cultura como producción humana en su proceso y resultado
no se cualifica sólo por su dimensión cognoscitiva,
sino particularmente por la sensibilidad que incita y activa el
saber en su búsqueda integradora de lo que llamamos
verdad.

Nadie con sentido común, puede obviar los
resultados de la tecno-ciencia en la época de la
globalización contemporánea. Pero sin sentido
cultural, devienen estériles para el hombre, pues enajenan
y deshumanizan. Resulta perjudicial, porque la verdad es
vacía de contenido, cuando se separa de la belleza y la
bondad, cuya armonía la funda e introduce
Pitágoras, a partir del sentido de medida, y es continuada
por muchos filósofos y pensadores, incluyendo a
José Martí.

No es posible hacer del conocimiento científico
el núcleo arquetípico del pensamiento y convertir a
éste en un modelo impersonal que condiciona de modo a
priori y teleológico la realidad existente para hacer una
unidad o identidad con ella, llamada verdad. La verdad, sea de
cualquier naturaleza, es proceso y resultado aprehensivo humano,
como saber profundo, construido por la actividad del hombre en
relación con el mundo o la parte de él hacia la
cual dirige su acción. Se trata de un proceso humanizador
de la realidad y del hombre mismo en espacios
intersubjetivos.

Una verdad que separe la esencia humana de la existencia
y los espacios histórico- culturales en que realmente se
aprehende, resulta ficticia y no resiste la prueba de la praxis
social.

La educación, como gran
metáfora de la vida tiene mucho que hacer en el logro de
un saber integral incluyente en la búsqueda de la verdad.
Una educación que renuncie a los métodos
transmisionistas y al discurso teorizante y abstracto, y asuma la
intersubjetividad como modo idóneo de formación
humana, desarrolla sensibilidad, actitudes
cognoscitivas creadoras, razón utópica y propicia
que el lenguaje genere acciones creativas. Al mismo tiempo
estará en mejores condiciones de vincular estrechamente
los mundos de la vida, de la escuela y del
trabajo, sin autoritarismos, intolerancias y cientificismos
excluyentes.

FILOSOFÍA Y LITERATURA EN JOSE LEZAMA
LIMA

  1. Ser y devenir del pensamiento y la obra de Lezama
    Lima.
  2. Filosofía y Literatura. Comunidad,
    interacción y condicionamiento.
  3. Especificidad del Universo poético
    lezamiano.
  4. Paradiso: una obra universal.

José Lezama Lima (1910-1976) constituye una de
las figuras más relevantes de las letras de
Hispanoamérica, del siglo XX. Hombre de vasta cultura,
singular talento y aguda sensibilidad, desarrolló una
extensa obrar poética que si bien refleja lo mejor de la
cultura universal, le es inmanente el sello propio de su
creación. En su concepción, " cuando se llega a
sentir la influencia de la cultura universal, ya no hay
influencias". Sencillamente, para el gran intelectual cubano, su
cosmos poético se funda en premisas reales: "Por la imagen
el hombre recupera su naturaleza, vence el destierro, adquiere la
unidad como núcleo resistente entre lo que asciende hasta
la forma y desciende a las profundidades (….). La imagen y
su absoluto , y la metáfora en su libertad que avanza
trazando su análogo, engendran la poesía como
absoluto de la libertad. En esa libertad transcurre mi
obra(…).

Este es su credo filosófico-poético o
poético-filosófico, en su visión de
sì mismo, pues según él "(…) su
motor es
esencialmente poético. Algunos ingenios enfatiza Lezama-
aterrorizado por la palabra sistema, han creído que mi
sistema es un estudio filosófico ad usum sobre la
poesía. Nada más lejos de lo que pretendo. He
partido siempre de los elementos propios de la poesía, o
sea, del poema, del poeta, de la metáfora, de la
imagen"

Se trata de un pensamiento poético, de una
cosmología poética que hace poesía sobre la
base de una rica cosmovisión filosófica, donde
literatura y filosofía se integran en unidad, para
desplegarse en un discurso que ve con las palabras, habla con los
colores y anima
lo inerte con alto vuelo cogitativo y siempre sugiriendo
múltiples lecturas y aprehensiones.

I. Ser y devenir del pensamiento y la obra de Lezama
Lima.

" Para conocer y asimilar su universo poético –
se refiere, por su puesto a Lezama- debemos conocer su universo
cotidiano. Porque Lezama es la reiterada presencia del impulso
familiar y doméstico: en esencia del impulso
materno."

Esta tesis resulta interesante y más aún
cuando se trata de una visión de un amigo de Lezama, de un
profundo conocedor de su vida y su obra.

Pasemos a exponer algunos momentos que son hitos de su
ser y devenir.

José María Andrés Fernando
nació en el Campamento de Columbia, Marianao, el 19de
diciembre de 1910.

Su padre, José María Lezama y Rodda,
coronel de artillería de la elite castrense que se
formó en la República mediatizada.

Su madre, Rosa Lima y Rosado, era hija de imigrados
cubanos revolucionarios que se formó en los Estados Unidos.
Su familia se
arruinó en el exilio colaborando con la causa
independentista cubana.

El nacimiento de Lezama coincide con el traslado de
la familia a
la Fortaleza de la Cabaña y el nombramiento de su padre
como director de la Academia Militar del Morro.

Sus primeros años están ligados
estrechamente con la disciplina. "
Sus juegos tienen como escenario la explanada donde las tropas
realizan maniobras bajo las órdenes de su
padre.

Sin embargo,- continúa Armando Alvarez- él
no guarda un recuerdo áspero de este tiempo. El cuadro
familiar, según dice, era muy risueño. La fe en el
futuro era la divisa, y las imágenes que captaba
componían una grata secuencia. Uniformes de Gala,
Caballos, desfiles, viajes al
extranjero, fiestas, llenaban su imaginación perfilando
ilimitadas posibilidades. Pero este mundo encantado no
duraría mucho. Con motivo de la Primera Guerra
Mundial, su padre se ofrece como voluntario para servir a las
tropas aliadas (…), el 19 de enero de 1919, encuentra la
muerte (…) Cuatro meses después nace su hermana
menor.

Este golpe inesperado pone fin a lo que parecía
no tenerlo. Todavía niño, Lezama ve comenzar una
vida distinta y, en su fuero interno resiste a aceptarla. No se
explica la ausencia del padre. No comprende cómo la mesa
siempre colmada ha quedado desierta. Cómo la madre apenas
se alimenta y pasa largas horas contemplando un descomunal
retrato. Cómo cambia sus trajes. Cómo su
conversación no progresa, sino que se vuelve e indaga.
Cómo una invisible presencia parece rondar los
contornos

  • La familia se traslada a Prado 9, casa de la abuela
    materna. La salud de Lezama empeora,
    el asma que padece desde los 6 meses se recrudece. Permanece
    largas temporadas en la cama. No participa de los juegos
    infantiles por su precaria salud. Dos grandes momentos que
    dejarían hondos influencias tienen lugar: estrecho
    contacto con su adorable madre e inicio de las
    lecturas.

1920. Ingresa en el colegio Mimó y lee el
Quijote. "Este libro- a pesar
de sus

pocos años- le impresiona profundamente y le hace
intuir que en la

literatura existe una realidad ajena al tiempo y a la
circunstancia. Pasan

cinco años y termina sus estudios
primarios".

  1. Ingresa en el Instituto de La Habana. Se inclina por
    las letras, pero en homenaje secreto a su padre ingeniero,
    asume con fuerza y ahinco el estudio de Algebra, Matemáticas, Geometría.
  1. . Se gradúa de bachiller y tiene lugar un
    nuevo cambio de perspectivas cuya

influencia será decisiva en su vida.

  1. La familia abandona la casa de la abuela y se
    traslada a Trocadero 162. La vida doméstica,
    coincidiendo con la realidad nacional. (década critica),
    tiene un nuevo estilo de vida (..) "El desahogo se sustituye
    por una ceñida pensión, que obliga a Rosa Lima a
    hacerse fuerte en su prudencia para sostener la casa y educar a
    los hijos.

Es en este año 29 cuando se inicia la fusión del
poeta con su madre. Fusión que cristalizaría,
haciéndose total, envolvente a la vuelta de unos
años, cuando ambos quedan solos en la casa. No es
aventurado proponer que el Lezama que se encuentra entre nosotros
nace en este momento. Y nace, porque medita mucho: entendiendo
que la muerte de su padre determinó su entrada al mundo de
la imagen, que no es un mundo de superficiales contactos sino de
profundas entregas. Un mundo que únicamente se aprende a
través de la absoluta conciencia de las experiencias
vitales y las lecturas, de la formación integral. Las
presiones económicas impiden al poeta dedicarse de lleno a
esa formación. Su tiempo debe dividirse entre ella y sus
estudios de leyes; llevándole su presencia en la universidad a la
necesaria ", contra el status que existe.

Más tarde diría sobre su
participación en la protesta del 30 de septiembre de 1930:
"Ningún honor ya prefiero al que me gané para
siempre en la mañana del 30 de septiembre de 1930…
Al lado de la muerte, en un parque que parecía rendirle
culto a la sombra Proserpina, surgió la historia de la
infinita posibilidad en la era republicana".

Es clausurada la Universidad. No hay posibilidades de
trabajo, de estudio. Lezama se sumerge en los libros. Encuentra
el equilibrio en
las ansias de sabiduría. Estudia los clásicos y
contemporáneos. Le apasionan Góngora y los
gongorinos. "También los franceses cercanos en el
calendario, determinan su visión, su toma de conciencia.
El hermético Mallarmé, el racionalista
Valéry, el atormentado Rimbaud, el detonante Lautremont y
ese poeta descomunal, Marcel Proust, desatan un torbellino de
inquietudes que se traducen en una labor que no vacila ante las
incorporaciones, porque se sirve de ellas para mostrar un
ámbito propio".

1932. Conoce a un joven poeta que se prepara para
sacerdote, Angel Gaztelu, y lo dirige a los estudios
teológicos que combinará con los históricos
(…) y con los textos más conspicuos del misticismo
oriental.

Esta etapa, insaciable devoradora de libros se
interrumpe con la caída del tirano Machado y el reinicio
de la universidad. "En él se ha operado un cambio. Ha
comprendido que no es un hombre de acción; y, aunque se
siente orgulloso de su ejecutoria, ve que su verdadero mundo es
el de la cultura".

1936. Llega a Cuba Juan
Ramón Jiménez. Un momento capital en su
trayectoria intelectual. Lezama, redacta un "Coloquio con Juan
Ramón Jiménez (1837) donde se plantean los temas
del insularismo y la peculiar sensibilidad de las islas. Al
coloquio le continúa una revista
universitaria, Verbum, alrededor de la cual empieza a
cohesionarse un grupo(Gaztelu, Lozano, Vitier,Porcarreroy
Mariano) que devendrán figuras excelsas de la cultura
cubana.

1937. En la Universidad publica " Muerte de Narciso, una
verdadera joya de la Poesía que apunta al poeta
creador.

Dánae teje el tiempo dorado por el
Nilo,

Hasta su última y alucinante estrofa:

Si atraviesa el espejo hierven las
aguas que agitan

el oído.

Si se sienta en su borde o en su frente el

centurión pulsa en su costado.

Si declama penetran en la mirada y se
fruncen

las letras en el sueño.

Ola de aire envuelve
secreto albino, piel
arponeada

que coloreado espejo sombra es del recuerdo y

minuto del silencio.

Ya traspasa blancura recto sinfín en llamas secas
y

Hojas lloviznadas.

Chorro de abejas increadas muerden la estela,
pídenle

el costado.

Así el espejo averiguó callado, así
Narciso en pleamar

Fugó sin alas.

En "Muerte de Narciso", las varias ciencias
filosóficas y humanistas aparecen en un solo haz. La
cosmovisión del poeta vincula con maestría y en una
sola pieza, filosofía y literatura. Es una síntesis
que expresa las múltiples indagaciones poéticas y
filosóficas y anticipa lo por venir en el grande
poeta.

  1. Culmina su carrera de Derecho en la Universidad de La
    Habana y comienza a trabajar en un bufete. Pero su camino en la
    cultura, y en la literatura en particular no será
    abandonado jamás. Edita la Revista Espuela de Plata, que
    a diferencia de Verbum, se dedica íntegramente a la
    Literatura. En ella( se publicaron 6 números) aparecen
    los contenidos más sobresaliente del momento en Europa,
    así como su resonancia en los escritos de los miembros
    de su consejo de redacción.

1940. Abandona el bufete. Su misión no congenia
con el oficio. Pasa a trabajar en el Consejo Superior de Defensa
Social, en el Castillo del Príncipe, por muchos
años.

  1. Cuatro años después de la "muerte de
    Narciso", reúne sus poemas en un libro que lo consagra
    como poeta: Enemigo Rumor. ¿ Por qué ese
    título? ¿Por qué no, sòlo, Rumor?
    El lo explica en carta a su
    amigo, y nuestro grande poeta y ensayista martiano,
    Cintìo Vitier: "Se convierte a sí misma, la
    poesía, en una sustancia tan real, tan devoradora,
    -enfatiza Lezama en su concepción de la poesía-
    que la encontramos en todas las presencias. Y no es el flotar,
    no es la poesía en la luz impresionista, sino la
    realización de un cuerpo que se constituye en enemigo y
    desde allá nos mira. Pero cada paso dentro de esa
    enemistad, provoca estela o comunicación
    inefable".

Sirven estas palabras para inaugurar la lectura del
primer poema de Enemigo rumor: Ah, que tú escapes. En
él se aprecia cómo los conceptos de la carta se
fundamentan clarificando. Con sólo tomar los dos primeros
versos:

Ah, que tú escapes en el instante

en el que ya habías alcanzado tu
definición mejor

el lector se da cuenta que en ellos se establece un
distanciamiento entre el poeta y la sustancia poética. Si
tomamos dos de los últimos:

Ah, mi amiga, sí en el puro mármol de los
adioses

hubieras dejado la estatua que nos podía
acompañar.

vemos como Lezama, el poeta, ve que siempre tiene que ir
en busca de algo conocido fugazmente y no esperar que ese algo
venga a él. Ese algo, el enemigo rumor, lo que escapa, la
poesía que engendra la poseía en el
hacer.

Esta búsqueda de otro espacio para una realidad
continúa en Una oscura pradera me convida. La pradera
representa la lejana zona poética donde se ven:

………
…………………..ilustres
restos

cien cabezas, cornetas, mil funciones abren
su

cielo, su girasol callando.

Como es de esperarse, este incesante ir plantea una
desazón en el corazón
del poeta. ¿No quedará solo cuando le falten las
fuerzas? La pregunta surge en los Sonetos a la Virgen:

¿Y si al morir no nos acuden alas?

Y encuentra su respuesta en lo religioso:

Pero sí acudirás; allí te
veo,

ola tras ola, manto
dominado

que viene a invitarme a lo que creo:

mi Paraíso y tu Verbo, el encarnado.

Es significativo cómo la noción de ser
salvado –fundamental en Lezama- no se manifiesta en esta
bella estrofa como una cosa simple; sino que la unidad se tiene
que integrar basada en dos factores: su Paraíso (el
poético) y el Verbo encarnado (lo
religioso).

Más adelante, en Noche insular: jardines
invisibles, nos acercamos a Lezama en cubano. Sirviéndose
de un hecho cotidiano, nuestra noche, el poeta, trazando una
fiesta, ironiza sutilmente. Característica esta que vemos casi como una
constante en su obra. Pero este ironizar no es violento, sino
doloroso. Se percibe una secreta angustia, un sentirse
desarraigado y a la vez presente. Lo evidente se transforma por
la imaginación y al llegar a un punto insostenible busca
la redención por la luz, el día. El irónico
se sosiega y se llena de esperanza, aunque en su interior
todavía se mueva la angustia.

Se cierra Enemigo rumor con un tour de force: Un puente.
Un gran puente. Este poema es una de las más violentas
confesiones de nuestra literatura. El poeta reconoce todo lo que
le rodea, todo lo que convive con él: analiza sus
sueños, su figura que desea el reposo que sin embargo le
niega su propia imaginación. Y, a través de todo
este aquelarre poblado por seres reales, tanto más
terribles por su condición, acata su destino y se dispone
a seguir su camino atravesando el puente, dispuesto a
morir

……………………………………..
como el rey

que ignora que ha sido destronado

y muere cosido suavemente a la fidelidad
nocturna.

1942. Edita con su amigo Gaztelu diez números de
una revista enteramente poético "Nadie parecía",
donde lo religioso y la aprehensión de los clásicos
es visible con facilidad.

Según Armando Alvarez, " terminado el año
43, Lezama se siente seguro, firme; se
siente el poeta. A esto ha contribuido en gran parte la figura de
la madre, que ante todos los contratiempos le ha acicateado,
obligándolo a seguir adelante. Para Lezama no hacerlo
significa traicionarla. Y el poeta se pone en marcha"

  1. Revista "Orígenes" (1944-1954) Alrededor de
    Lezama se une un grupo

    destacado de jóvenes con profundas
    inquietudes literarias. Colaboran

    importantes escritores extranjeros. Orígenes
    poseía personalidad propia y

    vigencia internacional.

  2. Año cumbre en el ser y devenir lezamiano. Se
    inicia la publicación de la
  3. Además de la dirección de
    Orígenes, con José Rodríguez Feo, comienza
    a trabajar en la Dirección de Cultura, y publica
    "Aventuras sigilosas", trabajo que prefigura el cosmos de
    Paradiso.

La etapa comprendida entre la edición de
"Aventuras sigilosas(1945) y de "La fijeza" (1949) es fructifica
y fecunda en trabajo y meditaciones. Pronuncia conferencias,
ensancha sus contactos y relaciones y la siempre presencia de su
madre y sus recuerdos.

  1. Viaja a México. Extiende su visión en
    tierra
    firme, con el paisaje americano, amplía sus conceptos
    sobre esta realidad, pues solo conocía las
    islas.
  2. Publica La fijeza, que es una prolongación de
    Enemigo rumor y otros trabajos que muestran vuelo de altura y
    virtuosismo en la escritura.

  3. Viaje breve a Jamaica. Empieza a fraguar una
    teoría sobre la expresión americana: Escribe
    además la monografía Arístides
    Fernández, que clarifican las motivaciones de la obra
    del joven y malogrado pintor.

1953. Reúne sus ensayos y
trabajos breves en un libro titulado "Analecta del reloj".
Aquí aparecen las imágenes posibles, que forma
parte de la exposición
del sistema poético.

Antes de 1954 publica en Orígenes los primeros
cinco capítulos de su obra capital: Paradiso, novela donde el
autor ha querido crear un cosmos, en cuyo texto tienen mayor
valor los elementos imaginarios que los reales por el impulso que
desarrollan. Se escribe cuando se encuentra solo con su madre y
se propone fundar las bases de su sistema
poético.

1954. Orígenes deja de publicarse por desacuerdo
entre los editores. Tres años de silencio en la
trayectoria lezamiana, trabajando en su sistema
poético.

1957. Se publica "La expresión americana", con
una visión señorial de nuestro mundo a
través de una mirada que todo lo ve distante y que,
regocijàndose en la proliferación sensual, barroca,
parte de una exuberante grandeza propia y encuentra su destino en
la tábula rasa de la grandeza universal, aunque sus
manifestaciones están teñidas de enrevesados juegos
y triquiñuelas. La primera línea de La
expresión nos da el sentido de lo americano al postular:
sólo lo difícil es estimulante. Es la dificultad
para llegar a las esencias de ese mundo, su secreto, su
atractivo, acaso, su razón de ser.

1958. Aparece su segundo libro de ensayos: Tratados en La
Habana.

1959. Al triunfo de la Revolución. Lezama ocupa la
dirección del Dpto. de Literatura y publicaciones del
Consejo Nacional de Cultura.

1960. Aparece el libro Dador. Sólo comprensible
para el que posea una previa asimilación del sistema
poético lezamiano. Aquí el poeta en el umbral de su
madurez, toma la posición de un espectador y contempla la
vida como un gran ballet. Dador es un gran repaso a lo vivido. Un
repaso necesario antes de acometer la obra definitiva.

En el período de 1959- 1962, el gran poeta ocupa
el cargo de uno de los seis vicepresidentes del Unión de
Artistas y Escritores de Cuba y pasa a trabajar como Asesor, en
el Centro Cubano de Investigaciones
Literarias.

  • El 12 de septiembre de 1964. Lezama sufre una
    pérdida irreparable: la muerte de su madre.
  • 1966 Aparece la primera edición completa de su
    obra maestra: Paradiso.
  • 1966-1976 Continúa su trabajo creativo y ocupa
    varias responsabilidades en instituciones culturales cubanas

II.- Filosofía y Literatura. Comunidad,
interacción y condicionamiento.

A través de la historia espiritual de la
civilización humana la filosofía y la literatura
han tenido campos comunes de interacción y
condicionamiento.

Tres rasgos comunes sobresalen:

  1. La existencia de ideas limítrofes de
    carácter cosmovisivos entre la filosofía y la
    literatura, en tanto refieren al hombre en relación con
    el mundo o al cosmos humano en sus múltiples
    mediaciones.
  2. La no limitación de la filosofía al
    conocimiento teòrico-científico, pues incluye
    formas práctico-espirituales de aprehensión de la
    realidad.
  3. El uso por la filosofía de medios expresivos
    no sólo lógicos, sino también
    imágenes, metáforas, símbolos,
    alegorías, mitos
    etc.

El propio Lezama Lima considera, además que "el
estudio de la literatura debe rebasar las fuentes de
información estrictamente literarias.

En la concepción de Santayana también
está el criterio de unidad entre la filosofía y la
literatura. "Los razonamientos e investigaciones de la
filosofía son laboriosos; sólo de un modo
artificial y con escaso donaire puede la poesía vincularse
a ello. Pero la visión de la filosofía es sublime.
El orden que revela en el mundo es algo hermoso, trágico,
emocionante, es justamente lo que, en mayor o menor
proporción, se esfuerzan todos los poetas en
alcanzar".

No es posible concebir la filosofía sólo
como sistema teóricamente elaborado, cuyo discurso se
opere a través de conceptos lógicos, al igual que a
la literatura como simple aprehensión subjetiva expresadas
en imágenes. Tanto la filosofía como la literatura
aprehende la realidad en su esencialidad en correspondencia con
su objeto, y emplean las múltiples formas aprehensivas de
que dispone el hombre. Por eso existe comunidad,
interacción y condicionamientos mutuos. Los conceptos, las
ideas, las imágenes, etc. son formas humanas de
asimilación de la realidad y no son privativos de una
ciencia específica.

Una filosofía que se aferre sólo a los
tratados sistemáticos y a las expresiones categoriales y
una literatura que no admita las contaminaciones
filosóficas resultan estériles. " Toda obra
poética que realmente merezca el nombre, tiene algo de
filosófica. En los orígenes del filosofar, la
poesía, tan antigua como el hombre, prestó su forma
a la naciente reflexión sobre el universo para plasmar la
búsqueda del argé o la aletheia.

Las primitivas cosmogonías, poemas de alta
condición, se encuentran preñadas de ideas
cosmovisivas destinadas a fructificar en órdenes muy
diversos, pero, sobre todo, a constituirse en fuentes inmediatas
de la filosofía. Esto nunca ha dejado de
ocurrir".

La historia de la
filosofía y la historia de la literatura, dan cuenta
de la comunidad interactiva entre ambas disciplinas y las
particularidades expresivas de los literatos filósofos y
los filósofos literatos.

En Lezama Lima, todo su universo poético da
cuenta de ello. Lo mismo pudiera decirse de Martí y
Carpentier . Es que en todo creador con sólida base
cultural, literatura y filosofía se presuponen , comunican
y superan para expresar un discurso crítico de fuertes
raíces, espiritu ecuménico y vuelo
cogitativo.

III. Especificidad del universo poético
lezamiano.

Un profundo universo poético contiene la obra de
Lezama Lima. Un rico sistema que hace gala de erudición
enciclopédica y subjetividad humana. Un discurso
subjetivo, pleno de humanidad que parte de las raíces con
vocación ecuménica para penetrar con éxito
en el hombre en relación con el mundo y la sociedad. Su
quehacer poético-filosófico hace de la imagen y la
metáfora sustancia proteica de la poesía con cauce
de honda aprehensión.

"En los términos de mi sistema poético del
mundo, la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad,
pulpa dentro del propio poema, como de eficacia
filosófica, mundo exterior o razón en sí. Es
uno de los misterios de la poesía la relación que
hay entre el análogo, o fuerza conectiva de la
metáforas, que avanza creando lo que pudiéramos
llamar el territorio substantivo de la poesía, con el
final de este avance, a través de infinitas
analogía, hasta donde se encuentra la imagen, que tiene
una poderosa fuerza regresiva, capaz de cubrir esa
substantividad. La relación entre la metáfora y la
imagen se puede establecer con un caballo tan alado como nadante
que persiste en una sustancia resistente que en definitiva
podemos considerar como la imagen. La imagen es la realidad del
mundo invisible. Así los griegos colocaban las
imágenes como pobladoras del mundo de los muertos. Yo creo
que la maravilla del poema es que llega a crear un cuerpo, una
sustancia resistente enclavada entre una metáfora, que
avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que
asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis. De la
misma manera que el hombre ha creado la orquesta, la batalla, los
soldados durmiendo a la sombra de las empalizadas, la gran
armada, el caserío del estómago de la ballena, ha
creado también un cuerpo artificial que resulta
acariciable y existente, como la misma naturaleza
escondiéndose al tacto. En alguna ocasión he hecho
referencia, hablando de Martí y tratando de establecer las
misteriosas leyes de la poesía (y no se olvide que las
primeras leyes se hicieron en forma poética), que para
esas prodigiosas leyes de la imaginación, veinte
años de ausencia equivalen a un remolino en la muerte;
así como, dentro de la orquesta, una trompeta equivale a
veinte violines. Las conexiones de la metáfora son
progresivas e infinitas. El cubrefuego que la imagen forma sobre
la sustantividad poética es unitivo y fijo como una
estrella. Por eso afirmo en uno de mis poemas, paradoja profunda
de la poesía, que el amor no se
ejerce caricioso, poro tras poro, sino de poro a estrella, donde
el espacio forma una suspensión y el cuerpo se lanza a una
natación que se prolonga"

En su sistema poético se opone a la
concepción heideggeriana del hombre para la muerte,
"levantando el concepto de la poesía que viene a
establecer la causalidad prodigiosa del ser para la
resurrección, el ser que vence a la muerte y a lo
saturniano. De tal manera que si me pidiera que definiera la
poesía, una coyuntura casi desesperada para mí, –
enfatiza Lezama- tendría que hacerlo en los
términos de que es la imagen alcanzada por el hombre de la
resurrección".

En su sistema poético trata de destruir la
casualidad aristotélica en función de la
búsqueda y encuentro de lo incondicionado poético,
de la imaginación creadora. Al mismo tiempo cree posible
"hablar de caminos poéticos o metodología
poética dentro de ese incondicionado que forma la
poesía. Para ello se remite a la historia e ilustra con
ejemplos.

Considera que todo hombre cree en algo, pues
según él, hasta el propio "Valéry que hizo
profesión de ateísmo , cuando definió la
poesía, lo hizo diciendo que era el paraíso del
lenguaje. Ya ve usted –destaca Lezama- el caso de un ateo
usando la palabra paraíso con toda la resonancia de un
católico ".

Ante una pregunta sobre la inexistencia del alma, si
bien la afirma en su sistema, el poeta muestra tolerancia.
"Amigo mío,- responde Lezama- siempre he creído que
mi sistema poético es algo bello en sí: pero nunca
he tenido la soberbia de pensar que es algo único. Sobre
él, sitúo a la poesía. La poesía como
misterio clarísimo o, si usted quiere, como claridad
misteriosa. Esa ambigüedad me permite decirle que no soy
quien debe responder esa pregunta, sino el tiempo, el tiempo que
hace poesía y la poesía que hace en el
tiempo.

En el sistema poético lezamiano, imagen, mito y
poesía integran una totalidad integradora del discurso
aprehensivo de la realidad. "Después que la poesía
y el poema ha formado un cuerpo o un ente, y armado de la
metáfora y la imagen, y formado la imagen, el
símbolo y el mito -y la metáfora que puede
reproducir en figuras sus fragmentos o metamorfosis-, nos damos
cuenta que se ha integrado, una de las más poderosas redes
que el hombre posee para atrapar lo fugaz y para el animismo de
lo inerte". Lo mismo ocurre con el juego que forma en su sistema
un sentido cósmico y preside todo el devenir universal
hacia la unidad.

La relación hombre-cosmos en sus diversas
manifestaciones está presente en toda la obra
poética de Lezama Lima. En su esencia se traduce en una
cosmología poética, extremadamente enrevesada y
difícil de comprender para algunos. Pero esto no le
preocupa al poeta. Sencillamente, afirma: "Hay la poesía
oscura y la poesía clara (…), en definitiva ni las
cosas oscuras lo son tanto como para darnos horror, ni las claras
tan evidentes para hacernos dormir tranquilos. Lo que cuenta
–aquí sigue a Pascal (…)
es el eterno reverso enigmático, tanto de lo oscuro o
lejano como de lo claro o cercano. La tendencia a la oscuridad, a
resolver enigmas, a cumplimentar juegos entrecruzados es tan
propia del género
humano como la imagen reflejada en la clara lámina marina,
que puede conducirnos con egoísta voluptuosidad a un golpe
final, a la muerte. No hay que buscar oscuridades donde no
existen" .

Lezama revela en lo poético, con todos los medios
y formas de expresarse , un modo de perenne ascensión,
propio de un logos profundo que se aprehende a través de
dos vías esenciales: doxa y ciencia y cuyo resultado
encarna el sentido cósmico, o el cosmos mismo. Así,
en Muerte de Narciso, " el mito que le sirve de base, la
contemplación de la propia belleza que consume a su
protagonista, permite establecer una especial relación
cognoscitiva entre hombre y universo, dirigida al sentido
cósmico de la unidad entre ambas"

En esta misma dirección podría analizarse
su teleología insular estrechamente vinculada a lo
cósmico universal, el problema de la muerte, el tiempo y
el espacio, la historia en fin, el hombre en relación con
el mundo en sus varios avatares.

En todo su sistema poético y el discurso que lo
expresa, filosofía y literatura aparecen mancomunados como
un crisol unitario en pos de lo grande y absoluto y con la
convicción que el conocer como forma del servicio, es
la caridad entrando como una nueva categoría en todo
filosofar" .

IV. Paradiso: una obra universal.

La primera edición de Paradiso aparece en 1966.
Es una obra maestra de quilate universal que muestra la madurez
de un autor en cuanto a profesionalidad, estilo, originalidad
creadora, maestría filosófico –literaria y
posesión de una vasta cultura.

No se trata de una novela épica. Es una novela
poética, cuyos antecedentes están en la propia
poesía de Lezama. En prosa resume su cosmos
poético, estrechamente vinculado a su concepción
del mundo, y a su visión del hombre en su formación
y despliegue, en sus orígenes; en su pasado. "En Paradiso
no se busca lo histórico concreto. Se busca recrear el
pasado; pero siempre a través del recuerdo, de esa
memoria
afectiva que es la que guía el orden en que aparecen
estructuradas las vivencias y recursos del
autor". Su personaje central –protagónico-
José Cemí – encarna la búsqueda
lezamiana. "José Cemí no es más que un poeta
que busca la verdad.- podríamos decir, la sabiduría
a través de la poesía, en tanto libertad absoluta-
.Y Paradiso es la historia de ese personaje, y de su familia, y
de sus amigos, y de las solicitaciones que le hace la realidad",
de sus aprehensiones sensoriales, sentimentales y ancestrales que
le trasmite su madre y el destino que le ha fijado: Tu destino es
contar la historia de tu familia".

La novela no soslaya totalmente la historia, pero no la
asume de frente. Aparece sólo en aquellos que tiene que
ver con el aprendizaje
vital", es decir, poético, a través de recuerdos,
imágenes. Los motivos históricos se subordinan a
ello. "Sencillamente, hay otro sentido de lo histórico,
que viene dado a través de la asimilación subjetiva
del mismo.

Busca la expresión de la cubanía desde
dentro: la familia, las tradiciones, las costumbres y los
sentimientos" . Cemí lo asimila, se encuentra, a
través de un mundo real e imaginario. Así asume el
sentido de la vida, de la muerte, del destino, del deber, como
experiencias vividas o trasmitidas por su madre y los recuerdos e
imágenes.

Para Cintio Vitier –amigo de Lezama- "Paradiso es
una invitación a la sabiduría". Una novela
útil y trascendente por su contenido y riquezas expresiva
y poética, "la historia imaginaria de la formación
de un poeta que quiere alcanzar o merecer la sabiduría. Su
intención es a la vez testimonial, catártica y
pedagógica". El resultado, una pieza filosófica
literaria, permeada de humanidad que sigue un cauce con sentido
cultural antropológico en pos de trascendencia y
universalidad.

Por eso y mucho más, coincidimos con Dolores
Nieves, cuando afirma " Hace años, Cintio Vitier, al
referirse a la poesía de Lezama, dijo: "Si aquello no se
resolvía en un caos, tenía que engendrar un mundo".
Y esto es realmente lo que ocurrió. Un mundo exuberante y
complejo es la poesía de Lezama. Y como remate de ella, un
mundo complejo, difícil, a veces desconcertante, pero
siempre incitante es Paradiso, que se ha ganado ya, por derecho
propio, un lugar entre las más importantes novelas cubanas
de todos los tiempos" ¿y por qué no, un lugar entre
la novelística universal?.

HUMANISMO Y VALORES EN JOSE MARTI

En la obra filosófica martiana no existe una
axiología sistematizada. Más que
teorizar sobre los valores el Apóstol se preocupa por
encontrarlos y cultivarlos en la conducta del
hombre, como medio de ascensión humana.

Sin embargo, es posible revelar en su ideario humanista
un conjunto unitario de valores, coherentemente estructurado en
torno a la
persona
humana, su razón del ser y los modos de conducirla a su
humanidad creciente.

Los valores en Martí son modos esenciales del
devenir del hombre en su naturaleza social, integrados en la
cultura, a manera de formas de existencia del ser humano y sus
necesidades materiales y
espirituales.

Así, los valores, en su fundamento sociocultural
y encarnados en la cultura tematizan el contenido esencial del
ideal martiano de racionalidad humana. Se trata de una
axiología de la acción que va a la raíz del
hombre porque sabe de su grandeza interior. De una eticidad
concreta que busca el hombre futuro en el hombre actual con
pasión y fe y con sorprendente consagración
heroica, animada por una misión redentora fundada en el
pueblo y un oficio que identifica la belleza con la humanidad del
hombre y la bondad con la dación desinteresada

El programa
humanista martiano, fundado en la axiología de la
acción, se concreta en un paradigma de racionalidad
humana, cualificado como autoconciencia de la cultura. Tanto en
la revelación del ser existencial de nuestra
América, como en su determinación especial en las
condiciones de su patria, José Martí funda un
paradigma de emancipación humana y redención
social, cuyo despliegue está mediado por un sustrato socio
-cultural humanista que imprime racionalidad y verdad a su
proyecto
político. Es que en el paradigma martiano, los valores
éticos y políticos se integran en un nivel tal de
concreción que prácticamente se identifican. Por
eso, más que encarnación individual, son conciencia
de su necesidad y eficacia. Esto impregna optimismo, fuerza y
vitalidad a la empresa
emancipadora. Y Martí, ya en los albores de la contienda,
como expresión del pueblo lo siente, lo sabe.
"Jamás fue tanta nuestra virtud -escribe el Maestro- tan
compacta nuestra acción, tan cercano nuestro esfuerzo, tan
probable nuestro éxito. Cuántos obstáculos
hubiéramos podido encontrar, hasta los osbtáculos
insuperables que a la mayor virtud pone siempre la
ambición o vanidad de la naturaleza humana, nada han
podido, ni han aparecido siquiera, ante esta alma de
redención que hoy nos consume y nos inspira. Somos un
ejercito de luz, y nada prevalecerá contra nosotros. Nos
queda por hacer lo que sabemos que queda por hacer.."

Existe ya un sistema de valores, conformado en la
cultura, hecho conciencia, como valencia social, expresado en
término ideopolítico, que si bien no agota el
paradigma emancipador -existen otros componentes de la
subjetividad humana- que matiza una idea, configura un ideal que
impulsa, orienta y regula el hacer práctico -espiritual,
que "con la mano en la conciencia- en el bello decir de
Martí -pone ya la idea a las puertas de la realidad: . En
tales condiciones "el espíritu ha cundido y los cubanos
tienen fe… Nadie se lo pide; les nace así de
corazón… Clubes-nuevos y pueblos, tiene el
partido".

Es indudable la importancia de un paradigma, en tanto
modelo que oriente racionalmente el pensamiento y acción
del quehacer social, político y cultural en su
connotación más integradora posible. El paradigma
martiano, marcado por su visión del mundo y del hombre,
por la experiencia americana y sobre todo por su sabiduría
política,
como grande hombre fundador, traza caminos, crea confianza,
cultiva razón y sentimiento y prepara conciencia para
realizar el ideal de la nación.
En fin, funda una cultura con alma política y un
carácter nacional henchido de patriotismo y amor
desinteresado, capaz de estructurar un programa de
liberación nacional, sobre bases nuevas.

El ideal de racionalidad martiana compendia en
síntesis conocimiento, valor, acción
práctica y comunicación intersubjetiva, es decir,
las variadas formas en que el hombre asimila y reproduce
creadoramente la realidad material y espiritual; pero al mismo
tiempo, su pensamiento y su obra en toda su integridad encarna un
cuerpo cultural de entraña política para realizar
una República próspera de naturaleza
ético-moral. Esto se fundamenta en el hecho de que al
Maestro le interesa sobre todo la ascensión humana, el
progreso socio -cultural del hombre, como medio fundamental de
realizar sus fines. No se trata en modo alguno de una
racionalidad instrumental de corte pragmático y
utilitarista, sino de racionalidad humana, que sin menospreciar
el conocimiento, la ciencia, la técnica, como medidas de
desarrollo cultural humano, sabe que a la raíz del hombre,
ante todo se llega revelando esas fibras, ocultas a veces, de su
subjetividad. Por eso hay que buscar y encontrar sin
vacilación el sentido humano, sobre todo, como vía
de acceso primario a la esencia social del hombre. Sin ello -y la
práctica corrobora la verdad del Maestro-, resulta
estéril, ineficaz e ilusorio todo proyecto. Es que la
ciencia, la política, el derecho, el arte, etc. sin
motivaciones humanas, no realizan el ser esencial del hombre, no
se encarnan en el cuerpo de la cultura como medida de progreso y
desarrollo. Por eso Martí, no sólo hizo arte mayor,
sino política científica, de profunda hondura, de
alto vuelo social humano. En primer lugar, porque
comprendió el arte de dirigir, como un encargo social por
el bien de todos y no para acumular riquezas y obtener
privilegios, en segundo lugar, porque tomó partido por la
mayoría desheredada. Su gran obra política: la
creación del Partido Revolucionario Cubano, para hacer la
guerra necesaria por la República, y todo su pensamiento
político en torno a Cuba y nuestra América, fue
eficaz y trascendió porque se concibió y
estructuró como empresa cultural
de las grandes masas. Y esto de por sí comporta un
concepto, una idea en Martí: no existe política
eficaz, al margen de valores e ideales enraizados en la
condición humana. Con esto continúa la
tradición del pensamiento americano más genuino y
revolucionario. Lo supera, en la medida que echa suerte con los
pobres y abre nuevas perspectivas de enfoque y de discernimiento
de la realidad política. Su humanismo revolucionario
antiimperialista, expresión de un proceso de continuidad y
ruptura sintetiza y concreta su escala de
valores. Expresa el momento de máxima plenitud y madurez
de su pensamiento político revolucionario, en
correspondencia con los nuevos tiempos.

Sin embargo,su obra renovadora, revolucionaria, y
creadora no se reduce a la esfera de la relación
axiológica: ética –
política, en los marcos de su concepción
integradora de la cultura; pues si ciertamente Martí
produce un viraje revolucionario en los conceptos e ideas
políticas de su tiempo cubano y americano,
incluyendo la tabla de valores conque juzga y piensa la realidad,
también en la esfera de la estética, en
relación estrecha con la ética, muestra
originalidad y creación. Se trata no sólo de un
hombre de pensamiento y acción que conjuga en unidad
indisoluble misión y oficio, sino además de un
artista y de un creador. Esto naturalmente mitiza su
axiología con nuevos colores y esencias, incluyendo su
concepción de la subjetividad humana y por su puesto la
especificidad de la filosofía que nuclea su
cosmovisión. Política, ética y
estética y sus sistemas de
conocimiento y valor que les son consustanciales, tematizados en
Martí en una concepción integradora de la cultura,
dan expresión unitaria a su discurso y lo dotan de modos
apropiados y métodos idóneos para aprehender el
objeto en su dinámica y concreción.

Si ciertamente, la grandeza martiana como dirigente
revolucionario, deviene en gran medida del modo en que los
valores ético-morales permean y penetran lo
político, hasta concebirlo como empresa cultural humana de
las grandes masas lo ético y lo estético,
encarnando esta racionalidad conceptual propia del paradigma del
Maestro, imprimen una determinada especificidad a su
axiología. La vinculación estrecha de los valores
ético y estético en la axiología martiana,
en los marcos de una concepción unitaria de la cultura, en
tanto resultado de la actividad humana y medida del desarrollo
del hombre y la sociedad, abre perspectivas nuevas para acceder a
la realidad humana y conformar un ideal de racionalidad, como
proyecto emancipador que integra y sustancia como sistema
orgánico la verdad, el bien y la belleza y junto con ello,
el amor, la libertad, la justicia, el honor, la felicidad, la
virtud y la dignidad plena del hombre, como valencias
cualificadoras de la sociedad que preludia y se esfuerza por
realizar.

En el ideal de racionalidad martiano, los valores
ético y estético y político poseen un status
especial. Esto dimana, además de su misión y
oficio, de la singular concepción que posee de la cultura,
como resultado y despliegue de la actividad de las grandes masas.
Las determinaciones culturales -y los valores también lo
son -no constituyen un acto individual de aprehensión para
Martí, sino un proceso social que sin soslayar la
experiencia individual propia de cada sujeto, da primacía
al movimiento social, en tanto realiza y legitima la
acción de las grandes masas. En esta dirección -en
mi criterio- es posible comprender la cosmovisión martiana
de la subjetividad humana, la axiología y la
cultura

La inserción de los valores en la cultura – hecho
que en mi criterio ya casi nadie niega-y la concepción de
esta última como resultado social, del pueblo, funda en
Martí una idea nueva que determina una connotación
especial al elan humanista que le es intrínseco en su
pensamiento. Y esto se pone de manifiesto no sólo en la
relación ética -política, sino además
en la relación ética- estética y sus
mediaciones.

En primer lugar existe en Martí una
concepción de los valores, penetrada de un sentido de lo
real e histórico como proceso que evita que los piense y
aborde como arquetipos o a priori, sino como hacer humano. Por
eso el bien no es tal, porque es algo presupuesto como
verdadero, sino porque es bueno en la praxis social. La belleza
no es tal en tanto establecida extermamente, sino en tanto
acción bella dimanante del comportamiento
humano. Al igual que la verdad no es tal, como esencia
válida en sí misma, sino como expresión de
la realidad para el hombre. Esto no es practicismo, ni
negación de lo universalmente dado, sino sentido
práctico- valorativo, que busca, encuentra y proyecta los
valores en el hombre, haciendo historia, en su acción y en
la cultura, en que toma cuerpo

.Este concepto, de buscar los valores en la realidad, y
en su despliegue, como devenir cultural en y por el hombre, como
sujeto social, explica el sustrato ético- moral de la
estética y política martianas. En esto se basa su
tesis o enjuiciamiento de Espronceda, que en el decir de
Martí pudo ser mártir, y no devino siquiera
hombre. Subrayo hombre, para destacar cómo en la
axiología del Maestro, la eticidad concreta, en las
acciones del hombre, constituye su medida, es decir, un
parámetro cualificador que define su status en tanto tal,
y esto por supuesto penetra toda su dimensión
cultural-humana, incluyendo expresiones concretas y valores. Y
esta idea está tan arraigada en él, que fluye
también en su labor magisterial, como maestro y educador.
Tanto en su correspondencia pública, como de naturaleza
intima Martí enseña, y los motivos de
carácter artístico siempre aparecen vinculados a la
conducta cívica del hombre. Como su motivo central es el
hombre, en toda su integridad, al abordar la esencia y las formas
de creación humana con arreglo a las leyes de la belleza,
en su discurso subyace también un mensaje de
carácter moral. El sabe que la belleza en sí,
aislada del verdadero ser existencial del hombre,resulta
superflua, estéril. En Martí la "belleza" externa,
desvinculada de una cultura de los sentimientos fundada en el
amor y la bondad,no constituye un valor definidor de la
naturaleza humana. Una personalidad,aunque "bella externamente"
si no es portadora de sentimientos nobles,de solidaridad
humana, desinterés, justicia, dignidad personal, no se
realiza como hombre y su conducta resulta rechazada por la propia
sociedad en que vive.

En la Edad de Oro, obra martiana dedicada a formar
hombres creadores, con ciencia y con conciencia, la
intención del Maestro se hace patente. "El
niño escribe Martí -ha de trabajar, de
andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño
puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno,
inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un
niño más bello que cuando trae en sus manecillas de
hombre fuerte una flor para su amiga o cuando lleva del brazo a
su hermana para que nadie se la ofenda…

En el lenguaje, simple, sencillo, para niño, el
mensaje ético – humanista no falta,¿Cómo
formar al hombre como sujeto, con ciencia, creatividad y
con conciencia, si no se cultiva lo esencialmente humano: el
sentido del deber, la bondad, el amor al trabajo, en fin la
sensibilidad humana,capaz de transformar lo feo en bello?
Más que un simple mensaje es una clave cultural
paradigmática, que con visión preclara y de
meridiana lucidez, deviene obra fundadora. "Las cosas buenas –
dice Martí a los niños
en el último número de la Edad de Oro – se deben
hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Se es
bueno porque sí; y porque allá adentro se siente
como un gusto – continúa Martí, identificando lo
moral con lo estético- cuando se ha hecho un bien, o se ha
dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser
príncipe; ser últil. Los niños debían
echarse a llorar, cuando ha pasado el día sin que aprendan
algo nuevo, sin que sirvan de algo"

Con esto, Martí no sólo evoca y predica la
necesidad de sembrar y cultivar humanidad en el hombre para que
nazca, eche raíces y se multiplique, sino además
funda una cultura de los valores, imprescindible para la
conviviencia social y para el propio despliegue de las
energías creadoras que el hombre lleva en sí y
desarrolla en función de la sociedad. Así,
refíriendo a Buda, enseña a los niños, que
no "se ha de reposar hasta que el alma sea como una luz de
aurora, que llene de claridad y hermosura al mundo, y llore y
padezca por todo lo triste que hay en él, y se vea como
médico y padre de todos los que tienen razón de
dolor: es como vivir en un azul que no se acaba, con un gusto tan
puro que debe ser lo que se llama gloria y con los brazos siempre
abiertos"

Es que en Martí se capta el bien y la esfera
humana en general como medio y fin que supone e impulsa la
voluntad, y toda la subjetividad humana en el devenir social. Los
valores
morales devienen motivos catalizadores de creación,
originalidad y proyección. Es como si los valores
éticos y también estéticos se fundieran en
un todo único, interconexionado, al igual que los
restantes valores como componentes de la cultura.

La plasmación de la axiología como
coducta, inserta en la cultura en todos sus componentes
estructurales (valores) y sus expresiones jerárquicas, no
es una tarea fácil. Martí está consciente de
ello, y por eso da razones de la necesidad de que los valores
morales se conciban como medios, y fin intrínsecos al
devenir humano, como móviles de perfección del
hombre. Con esto, el bien, el deber, no aparecen sólo como
mandatos de la razón, como a priori, sino que su
realización y proyección deben asumirse con
satisfacción, con gusto, deseo, pasión, amor y con
espíritu de consagración. Por eso no puede ser un
fin ni un medio extrínsecos a la naturaleza humana. Deben
mover y despertar sensibilidad, que es al mismo tiempo encontrar
belleza, placer por la acción o el deber cumplido. De lo
contrario no devienen cultura diaria, ni norma de
actuación, ni se encarnan en convicción. No se
integran a la cultural.

He ahí la necesidad de comprender el por
qué Martí dimensiona el devenir humano como hecho
cultural, como empresa eminentemente moral, porque incluso, las
expresiones políticas, jurídicas, etc. si se fundan
en la cultura y son expresión auténtica del pueblo,
resultan bellas, despiertan sensibilidad y gusto estético.
Realmente, ante las alternativas; debo hacer esto, o me gusta
hacer esto, ¿cual de ella se asume?.Martí trata de
develar en la realidad, sobre toda las cosas, humanidad, que es
al mismo tiempo encontrar bondad y belleza en los actos humanos.
Es asumir lo bueno, lo justo, lo heroico, etc. como
manifestaciones bellas a plenitud, en tanto realizan la
naturaleza social humana.

En este sentido, la acción esencialmente humana
es heurísticas y adquiere una dimensión
estética, porque "sólo lo que del alma brota en
guerra, en elocuencia, en poesía llega al alma" "(…)
Nobles,- refiere a J. J. Palma -son pues, sus musas; patria,
verdad, amores…En un jardín, tus versos serían
violetas. En un bosque, madreselvas. No son renglones que se
suceden; son ondas de flores".
Ondas de flores que nacen de su amor patriótico, como
destellos que penetran la razón y los sentimientos y
"hacen caminos al andar". Crean, fundan, porque nacen del hombre
y su entorno social y porque son apropiación humana.
Convidan, se asumen, encuntran recepción porque despiertan
sentimientos, conceptos e ideas humanas. Con ello se convierten
en resortes para la acción y nuevos modos creadores y
originales de aprehensión.

Esta concepción martiana, al integrar los valores
en la cultura, como producción del hombre, en
función de la sociedad, sienta premisas
teórico-metodológicas para establecer
jerarquías y niveles en cuanto a determinaciones del
quehacer humano se refiere. La unidad indisoluble entre lo
ético y lo estético y el lugar que ocupa en los
marcos de su axiología, responde en gran medida al hecho
de que Martí es un hombre de pensamiento y acción,
que une en su diario hacer misión y oficio. Esto
determina en él un concepto. "La vida – escribe
Martí a Joaquín Macal – debe ser diaria, movible,
útil; y el primer deber de un hombre de estos días,
es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías
ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a un país
con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer
prácticas las útiles. Si de algo serví antes
de ahora, – enfatiza el Maestro- ya no me acuerdo: lo que yo
quiero es servir más. Mi oficio… es contar todo lo
bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y
hacer todo lo grande.. Vengo a ahogar mi dolor por estar luchando
en los campos de mi patria, en los consuelos de un trabajo
honrado, y en la preparaciones para un combate vigoroso"
.

En este sentido, la belleza con que Martí capta
la realidad y la obra humana, no dimana sólo de la prosa y
el verso de un artista, de un poeta, ni del magno discurso de un
escritor de talento mayor, ni del hombre hecho estilo, que tanto
exalta Unamuno, Sarmiento y Dario. Además de su oficio
-que ya es mucho para consagrarlo- existe una
misión redentora, un compromiso con la realidad de
su tiempo, con su bella isla y la América nuestra.
Sólo un oficio, por muy grande y trascendente que
sea, no es capaz de irradiar luz, "encender el entusiasmo por
todo lo noble" y revelar la grandeza humana en toda su magnitud.
La misión lo completa, lo dirige a la realidad concreta,
busca cauce de realización. Enseña que al deber
-ser no se accede a través del discurso, encerrado en
sí mismo, sino se requiere de la acción
práctica transformadora, capaz de subvertir la realidad
presente y proyectar y realizar lo que falta y exigen la
necesidad y los intereses de los hombres en el movimiento social.
Si se desconoce esto -en mi criterio- resulta imposible
comprender la obra martiana, incluyendo su filosofía y su
axiología. El paradigma martiano y el ideal de
racionalidad en que despliega, está mediado por
convicciones ideopolíticas revoluinarias tan profundas que
no le permiten soslayar las situaciones dramáticas en que
se consume y dirime el hombre y la sociedad, para dedicarse al
puro oficio de crear. Es que precisamente su magna obra creadora
"que pertenece a los "alumbrados", en el decir de Gabriela
Mistral; es un resultado de haber conjugado en inseparable
unidad, misión y oficio" (..) Martí,criatura
literaria completa, – enfatizó Gabriela Mistral – amaba
sus clásicos y amaba la poesía del pueblo, porque
el humanismo no lo disgustó de lo popular, ni lo elemental
lo invalidó para lo clásico… Pero el trance del
momento era duro, y Martí nos entregaba su poesía
verbal cortada aquí y allá del sollozo
patriótico o del puñetazo de fuego al
tirano"

Martí desintrancendentaliza, hace concretos los
valores en el instante mismo en que los trae al quehacer humano
-social, y le trasmite sentido práctico, razon,
inspiración y sensibidad" (…) y puso poesía
castellana- refiere a Antonio Sellén- cuanto hay de
enérgico y hermoso en los poetas nuevos. Ennobleció
el destierro con un trabajo constante, templado por un
carácter que no empañó nunca la malicia, y
embellecía la pasión por la hermosura ideal, que lo
tuvo siempre en un estado de íntimo deleite; más
grato que los goces volubles del mundo. Era hombre de notable
cultura y de juicio sagaz; pero el corazón se le
inflamaba, aún en los últimos años, cuando
veía volar un pájaro libre sobre su cabeza, o
deshacerse una nube por el cielo azul…Fue tierno y sentido, y
notable por la pureza de sus deseos, el fervor de su caridad,
humana, y sus simpatías con todo lo ingenuo y
poético del mundo"

Los valores que enseña, cultiva y transmite
Martí, tanto en su verso como en en su prosa, no son entes
abstractos, sino consustancial al despliegue humano, en fin,
integrados a una cultura de la razón y de los
sentimientos. Por eso en su discurso no sólo invoca y
busca valores
humanos, sino que los descubre. Pero en un "encontrar", que
es más que todo un ininterrumpido tránsito del ser
al deber -ser, como proyección humana, como
remisión a la imaginación y a la creatividad
cultural del hombre.

En esta dirección., a Martí no le interesa
tanto qué es el hombre y cuáles son los valores,
sino más que todo cómo deviene el hombre y su
naturaleza humana constituida en un sistema de valores
dinámicos, fluidos, en tanto expresión social.
Sólo a partir de esta concepción de los valores
adquieren trascendencia y vigencia. Trascienden porque son
valencias sociales y formas aprehensivas de conductas sociales
hechas cultura.

Esto no significa la existencia en Martí de una
actitud
nihilista hacia los valores universales, ni una concepción
practicista, pragmático -utilitarista de los mismos. Todo
lo contrario.

En su obra constantemente aparece la referencia a los
valores universales, a sus conceptos e ideas. Significa
simplemente que su concepción de los valores -por razones
ya explicadas y reiteradas- se funda en una intelección
propia, que se integra a la cultura del pueblo.

La inserción martiana de los valores como
atributos cualificadores de la subjetividad humana, integrada a
la cultura y como creatividad cultural social del hombre no
sólo explica los fundamentos de su trascendencia en la
axiología del Maestro. Da cuenta además de la
especificidad propia del filosofar martiano en término de
discurso vital, enérgico, siempre en función del
hombre y la sociedad. Explica también su genio visionario
para discernir la realidad presente y proyectar lo por venir.
Pone de manifiesto, su gran poder revelador de esencia para ver
más lejos y dimensionar realidades que ante sus
contemporáneos pasan inadvertidas. Esto, por supuesto no
tiene lugar sólo en su ideario político -que ya de
por sí le consagró y devino jefe máximo e la
guerra del 95 – sino en múltiples aristas del quehacer
humano. Su capacidad de discernimiento humano para penetrar en
determinadas personalidades históricas y descubrir obras
paradigmáticas y fundadoras, también imprime
vigencia y trascendencia a los valores, y junto con ello
actualiza la memoria
histórica que es forjar y vitalizar la identidad
nacional y humana. El análisis de Luz y Caballero no
es el único caso, pero es demostrativo. Con una frase
lacónica, pero llena de sentimiento y razón lo
define: "sembró hombres"(…) demandó con la
fruición del sacrificio todo amor a sí y a las
pompas vanas de la vida, nada quiso ser para serlo todo, pues fue
Maestro y convirtió en una sola generación un
pueblo educado para la esclavitud en un
pueblo de héroes, trabajadores y hombres libres… Supo
cuanto se sabía en su época; pero no para
enseñar que lo sabía, sino para transmitirlo".Y de
Mendive, con sólo una oración interrogativa da
vigencia y trascendencia a una tríada de valores que
Martí expone en un todo único revelador del bien,
la belleza y la verdad: "¿ Y cómo quiere que en
algunas líneas diga todo lo bueno y nuevo -interroga
Martí- que pudiera yo decir de aquél enamorado de
la belleza que la quería en las letras, como en las cosas
de la vida, y no escribó jamás sino sobre verdades
de su corazón y sobre penas de la patria?".

Obra fundadora y cultural en todo su sentido y
definición, también revela en Heredia, un modelo en
cuanto a definción valorativa se refiere. Un alma, una
virtud, devenida cultura de cubanía descubre en el cantor
del Niágara.¿" Cómo no habían de amar
las mujeres -pregunta Martí -con ternura a aquel que era
cuanto el alma superior de la mujer
aprisiona y seduce: delicado, intrépido, caballeroso,
vehemente, fiel, y por todo eso, más que por la
belleza, bello" Para quien no conozca la esencia del
humanismo martiano, la interrogante carcterizadora de Heredia
pasa inadevertida, no revela su espíritu creador ni la
dimensión cultural en que se sustenta también su
concepción de los valores morales, incluyendo el sentido
estético que la anima. La determinación moral no
deviene cauce prefiguranete rígido, al igual que su
connotación estética. Se advierte cómo
calidades morales, en síntesis, devinen expresiones
estéticas -define lo bello como compendio de rasgos
humanos, como delicado, intrépido, caballeroso, etc.- y
aunque paradójico, de la belleza, no deduce lo bello, sino
de cualidades ético – morales. Es que Martí -y esto
define en gran medida su discurso- piensa la realidad a partir
del hombre, la actividad humana y su determinación en la
cultura. Por eso no tiene que esforzarse para encontrar lo bello,
en la realidad; lo aprehende revela y fluye porque es al mismo
tiempo descubrir humanidad, contenido, sentido y potencialidades
humanas de realización. En ello existencia y conciencia
integran un proceso del devenir humano en la aprehensión
práctico -espiritual de la realidad.

Martí revela belleza en la realidad que asume
porque es sensible y posee humanidad, porque devela esencias,
interioridades del hombre y la sociedad trasuntadas en la
cultura. En este concepto resulta posible comprender por
qué se preocupa tanto por exaltar y dar vigencia a los
valores humanos encarnados en obras y hombres
paradigmáticos, así como el sentido de sus tesis de
que honrar honra: la cultura como condición de la
libertad; la pasión y la ternura como premisas de todo
proyecto humano y social, la virtud, el decoro y la dignidad,
como esencia consustancial al hombre.

En Heredia ve al "genio de noble República, a
quien sólo se le veía lo de rey cuando lo agotaba
la indignación o fulminaba el anatema contra los serviles
del mundo y los de su patria" Dando vigencia social y
trascedencia al modelo de valores que sintetiza Heredia,
define"… dos clases de hombre: los que andan de pie cara al
cielo, pidiendo que el consuelo de la modestia descienda sobre
los que viven sacándose la carne, por un pan más o
pan menos, a dentelladas, y levantándose por ir de sortija
de brillante, sobre la sepultura de su honra: y otra clase de
hombre, que van de hinojos, besando a los grandes de la tierra el
manto"

En la axiología martiana hay optimismo como todo
humanista que confia en el hombre y en sus posibilidades de
perfeccionamiento y creación; pero no un optimismo
exacerbado que soslaya los atributos negativos de las acciones y
conductas humanas .Estos atributos son asumidos de modo
crítico y estigmatizados al mismo tiempo como no
inherentes a lo verdaderamente humano y como males que no se
integran a la cultura. Sin embargo, como maestro al fin, y hombre
fundador, no sólo critica el mal, sino además y
sobre todo proclama el bien y lo cultiva para que prevalezca. El
sabe que"… odian los hombres y ven como a enemigo al que con su
virtud le echa involuntariamente en rostro que carecen de ella…
Y es necesario e incuestinable para Martí actuar con
respeto y
humanidad para no herir sensibilidades. Cuando se le ofende al
hombre su decoro y dignidad que es al mismo tiempo befar su
integridad humana, más que cultivar en él el
bien, lo bello, lo verdadero; valores permanentes en la
humanidad del hombre, se mata su naturaleza humana y las
"semillas dormidas" que siempre esperan terreno propicio para
germinar. Se trata entonces -según el espíritu y el
mensaje que anima la axiología martiana- de obrar con
humanidad para que crezca y se imponga sobre la maldad, el
egoísmo y todo lo que de animalidad-concebida por
Martí como no permanente, sino transitorio – pueda
anidarse en el hombre. Esta concepción axiológica
está enraizada en el hombre y en la confianza de la
"grandeza de sus entrañas, pero ello evoluciona, como
parte esencial del todo, en correspodencia con la evolución de la totalidad de su
pensamiento. Si ciertamente son los valores el núcleo
central que lo anima durante toda su vida, en la etapa de madurez
teórica e ideológica, aparecen nuevas mediaciones y
matices que la hacen más concreta. Es fácil
encontrar en Martí, en cualquiera de sus etapas evolutivas
de desarrollo, la búsqueda de la ley del progreso
del hombre, sobre la base de las fuerzas que lleva en sí y
que sólo precisa revelarlas y cultivarlas. En esta
concepción, la impronta del naturalismo romántico
está presente con sus especificades, incluyendo su
concepción unitaria del ser y los valores del hombre; sin
embargo, el hombre para el Maestro, es lógica y
providencia de la humanidad, es decir, es sujeto. Con esto
establece a límites,
que rebasan los marcos de las influencias y transita y accede
nuevos niveles de la realidad, o sea, al naturalismo – sin
desecharlo- se impone el papel de la subjetividad, de la
actividad humana, en fin, de la axiología de la
acción.

Por otra parte, junto a la radicalización de su
pensamiento político – si bien el núcelo central de
su axiología, permanece – los valores y las valoraciones
adquieren más concreción en cuanto al alcance y
proyecciones sociales se refiere. Así, en Patria 8 de
diciembre de l894, refiriendo al pintor cubano Juaquin Tejada
después de señalar la dicha de ser de nuestra
patria; señala: "el mundo es patético, y el artista
mejor no es quien lo cuelga y racama, de modo que solo se le vea
el raso y el oro, y pinta amable el pecado oneroso, y mueve a fe
inmoral en el lujo y la desdicha, sino quien usa el don de
componer, con la palabra, o los colores de modo que se vea la
pena del mundo, y quede el hombre movido a su remedio. Mientras
halla un antro, no hay derecho al sol".

Estas ideas recuerdan su critica al "realismo"
positivista en el arte, de su etapa de México o del Liceo
de Guanabacoa, pero ahora con mayor alcance social, lo cual se
pone de manifiesto en la propia valoración que hace del
artista cubano. "Amese -escribe Martí- puesto que ama
al hombre,al artista nuevo de Cuba, al que padece de la
pena humana, y no tiene pinceles para los vanos y
culpables de la tierra, sino para los adoloridos y
creadores".

Hay un reclamo de amor hacia el pintor cubano por
Martí, no sólo porque ama al hombre y padece de la
pena humana- que para algunos pudiera parecer abstracto – sino
porque no tiene pinceles para los vanos y culpables de la tierra,
sino para los adoloridos y creadores.

Continúa Martí buscando la ley del
progreso humano y sus valores pero apareceen nuevas vías
de acceso de penetración en la esencia del problema. Hay
una toma de partido por un sector de hombre que considera sujeto
verdadero de realización humana: los adoloridos y
creadores, los desdichados y los mansos, en fin, los humildes,
las grandes masas del pueblo, y con ellas echa suerte.

Ya no se trata como en Luz -lo que no resta valor al
Maestro de todas las ciencias-, preparar la juventud de la clase
de los hacendados para ganar la libertad", pues la guerra del 68
ha transformado el estado de
cosas y engendrado nuevos sujetos. El problema es otro y
Martí tiene conciencia de ello. El pueblo, las grandes
masas han devenido sujeto portadores del ideal emancipador y a
dicho sujeto se dirige el discurso del Maestro.

Su labor conciliadora de fuerza, en pos de la unidad en
torno al Partido Revolucionario Cubano, y su República
proyectada "con todos y para el bien de todos", encarna el ideal
de las grandes masas. Su proclama: "Somos los pinos nuevos",
expresa ese nuevo concepto del sujeto de la
revolución.

Esta concepción, resultado de un proceso
histórico, con todas sus mediaciones, determinantes y
condicionamientos, influye en la orientación y alcance
social de la axiología martiana. Es un elemento esencial,
sobre el cual se funda la inserción de los valores en la
cultura, entendida ésta como producción social y
medida del desarrollo. Esto naturalmente encuentra
expresión real en la concepción de la
revolución y absoluta confianza en sus portadores". "La
revolución en Cuba- escribe Martí- no es una
tiranía; es el alma de la Isla. No es una
conpiración: es el consentmiento táctico y
unánime de lo más viril y puro del país: el
actual movimiento revolucionario no tiene su fuego en el trato
secreto con éste o aquel núcleo de revolucionarios
conocidos, sino en la confianza que ha logrado inspirar a la gran
masa, a la masa de rifle y corazón, en la espera sorda y
crecimiento de lo bueno y bravo de Cuba… En el ánimo de
la Isla se ha trabajado, no en el compromiso de esta o aquella
cabeza conocida… El espíritu del país es nuestro
cómplice…

La concepción martiana de la revolución y
su proyección programática emana de un nuevo ideal
de racionalidad que deviene autoconciencia cultural de nuevos
sujetos. Por eso más que un acontecimiento polítido
puro, es una empresa
cultural, donde lo político, lo ético y lo
estético se interpenetran e implican
recíprocamente.

Al mismo tiempo, su axiología se inserta a una
concepción cultural concreta. Fija una obra humana en
tiempo y espacio y afincada en un proyecto emancipador de
naturaleza nueva y legítmos propósitos: "(…)crear
un pueblo nuevo, sobre la ruina moral de la colonia, con las
virtudes desenvueltas en el esfuerzo continuo por echarla
abajo"

Pero no se queda aquí, fija posiciones y emite
juicios valorativos, que dan cuenta de un sesgo diferenciador y
específico. "Los cobardes -escribe Martí- temen
hacer justicias y a decir la verdad de los pobres. De las
entrañas, conmovidos aún de tanta grandeza ha de
brotar, para esperanza de Cuba, la verdad de los pobres.! Tu
pueblo, Oh patria, no necesita más que amor!- y la guerra,
lo que tu pueblo le ha dado."

"La verdad de los pobres, para esperanza de Cuba",
deviene en Martí contenido práctico y sentido de su
proyecto político- cultural de inagotable valor
heurístico. No se trata de una frase más. Expresa
un concepto, que asume un sujeto y lo define como fuerza
propulsora de creación y revolución, de cuyo
desenvolvimiento y despliegue depende el destino de Cuba. Esta
idea no es sólo una expresión política,
encierra un contenido cultural de largo alcance y hondura
teórica. Por eso abre nuevos cauces de realización
al ideal preludiado, y nuevas mediaciones a su pensamiento
axiológico. Un pensamiento que arrancando de la naturaleza
social del hombre, y la cultura, funda su ideal de racionalidad
humana. Y esta idea referente a la esencia social de la cultura y
del hombre, más que premisa es núcleo
interpretativo para comprender en su justa razón el
discurso de Martí y su tematización esencial en la
axiología. El Martí axiólogo por antonomasia
no surge por generación espontánea. Su discurso que
integra en unidad inseperable misión y oficio, asume como
problema central la ley del progreso humano, la ascensión
del hombre, su trascendencia y encuentra en los valores
vías de acceso y cauces culturales de revelación y
cultivos humanos.

Tanto su oficio como artista, creador, Maestro; como su
misión encarnados en un ideal de redención humana,
determinan en gran medida el fundamento axiológico de su
pensamiento.

A Martí – y su obra lo atestigua- ningún
valor humano le resultó extraño. En su
axiología, están presentes valores de
carácter científicos, filosóficos
jurídicos, políticos, económicos,
religiosos, lógicos éticos, estético, etc.
así como su permanente propósito de darle vigencia
social y trascendencia.

Es indudable que estamos en presencia de un humanismo
auténtico, que parte de las raíces -la
revelación del ser de nuestra América- y da cuenta
de ellas con ímpetu ecuménico. De un humanismo
fundador trascendente, cuya racionalidad humana -sin perder de
vista las múltiples aristas de la espiritualidad del
hombre -encuentra en los valores y la cultura sus cauces supremos
de realización, en términos de una axiología
de la acción, cimentada en una ética concreta del
devenir humano.

En los momentos actuales, cuando el escepticismo
histórico cunde y pulula en la arena internacional, cuando
no faltan los intentos de negar la historia, los valores, la
cultura, la tradición, la memoria histórica, la
razón, los proyectos de
emancipación social y el progreso, la racionalidad se
impone como necesidad de preservar no sólo la identidad
nacional, sino también la identidad humana. En tales
condiciones, el programa pedagógico martiano y el ideal de
reacionalidad que le es consustancial, adquieren más que
nunca contemporaneidad y vigencia social.

Su pensamiento – una eterna poesía de amor, de
lucha, de dación humana y consagración social-
continuará alumbrando el camino del hombre. Su desbordante
espiritualidad seguirá siendo fuente nutrícia de
aprehensiones y sueños, "!Con luz de
estrellas!"

Martí, Periodista

Un periodismo de
excelsa cualidad americana profesó José
Martí. La mayor parte de su obra la consagró al
periodismo de nuestra América. Su grandeza
artístico-literaria, ética y sobre todo humana la
puso en función de un periodismo que conjuga en
indisoluble unidad misión y oficio. Su genialidad
política encauza un periodismo de raíz americana y
espíritu ecuménico. Su discurso, de matriz
pedagógica y permeado de cauces culturales devino
paradigma comunicador de conocimientos, valores humanos y praxis
desmistificadora.

Con un discurso que ve con las palabras y habla con los
colores y un estilo ameno, sencillo, pero revelador de esencia,
Martí enriqueció el periodismo americano. Hizo del
oficio no sólo un medio de vida, sino una misión de
humana voluntad en pos del mejoramiento humano.- Como
concibió al hombre de nuestra América como
posibilidad latente de excelencia y creación hizo del
periodismo un instrumento de revelación humana y
preservación identitaria de nuestros pueblos.

Consciente de los desafíos de nuestra modernidad
americana dirige su acción comunicativa a enriquecer la
espiritualidad de nuestros hombres y pueblos naturales. En su
intelección, un hombre, rico espiritualmente está
en condiciones de vencer todas las dificultades que le depare la
vida. Hacer del hombre americano sujeto de su obra y de su
destino; un hombre sensible, culto, virtuoso y digno fue el
objeto esencial del periodismo martiano. Por eso su periodismo
hizo política, arte, literatura, ética, pedagogía, en fin, cultura del ser, cultura
de humanidad.

El oficio periodístico fue consustancial a la
vida y obra de José Martí. " A nadie debe
extrañar esta preferencia por un medio de expresión
tenido un poco a menos siempre. ¿Acaso la poesía
americana primera no fue" crónica rimada", no estuvo
ligada al hecho histórico y fue de su mano?.- interroga
Fina García Marruz- ¿Qué fuera las
Crónicas de Indias, de que fue Martí un lector tan
gustoso? Lo que le atrae del periodismo es que lo ve como un
medio más adecuado que ningún otro para reflejar la
vida, la palpitación de lo diario, las fuerzas que
convergen en el presente y de él porten, el escenario del
verdadero drama y la verdadera novela, el taller verdadero o lo
que llamaría la "nueva épica"

El periodismo en Martí aporta vías de
acceso a su misión. Es una mediación central para
la concreción de su voluntad de servicio y su eterna
disposición de dación humana, solidaridad y amor. "
En sus cartas a
periódicos y revistas -escribe Ramón Becali-
están la deflagración del revolucionario impoluto,
el hilo feruláceo de todo su ser, el verdadero fíat
de su pluma, todo su amor.

El periodismo es para Martí tribuna,
confesionario y trinchera de ideas. En sus cuartillas flamea su
sed de avizorar, su don de veedor imponderable. Y es en la
corresponsalía donde produce lo más extenso y
múltiple en que la variabilidad, lo ameno y trascendental
se cambian para ofrecernos detalles y retratos de todo y de
todos".

Hay en Martí, como hombre fundador, un
ímpetu comunicador por excelencia que encuentra
determinaciones concretas a través del propio devenir de
su vida. En la adolescencia,
junto a su maestro Rafael María de Mendive, inicia sus
primeros pasos en el periodismo. En el
periódico La Patria libre" (l869) publica su poema
dramático "Abdala" que simbólicamente representaba
la lucha emancipatoria iniciada, el amor por la patria y la
seguridad del
triunfo. En España,
deportado político, con apenas 17 años, publica El
Presidio Político en Cuba (1871) ya aquí, muestra
dotes excepcionales como escritor. Con gran maestría sabe
reseñar e ilustrar las experiencias de la cárcel
española en Cuba. Publica además otros
artículos con el objetivo de sensibilizar al pueblo
español con la realidad cubana y los propósitos
independentistas de la nación cubana. En polémica
directa manifiesta sentido de identidad y compromiso social.
"Patria- escribe Martí- es algo más que
opresión, algo más que pedazos de terreno sin
libertad y sin vida, algo más que derecho de
posesión a la fuerza. Patria es comunidad de intereses,
unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión
dulcísima y consoladora de amores y esperanzas"

En España se gradúa en Filosofía y
Derecho, pero el alma periodística sigue haciendo camino
al andar (…) México (1875) será su escuela
formadora por antonomasia.

El 8 de febrero de 1875 llega a Veracruz y se
reúne con su familia. El 7 de marzo del propio año
empieza a trabajar en la Revista Universal, publicando sus
boletines con el pseudónimo de Orestes. En esta primera
etapa de su vida en México la amistad con
Manuel Mercado fue
determinante.

Los dos años que Martí permaneció
en México fueron decisivos en la formación de su
pensamiento y como escritor y periodista. México
constituyó una fuente inagotable de experiencias y una
prueba de fuego para el joven intelectual revolucionario.
Aquí encontró un ambiente
político y literario adecuado. Se vincula a la joven
intelectualidad rectorada por Justo Sierra y participa de la vida
política y cultural como un mexicano
más.

La Revista Universal le aporta las condiciones
necesarias para desarrollar su oficio periodístico.
Redacta editoriales, notas editoriales y cuanta actividad le
fuera encomendada. Penetra la técnica de imprenta con
osadía y éxito. "Colabora en las tareas de detalle
en la confección del periódico;
lleva noticias de última hora para que las páginas
queden completas y equilibradas; cuando es preciso, escribe un
editorial, o una reseña de teatro, o un
juicio crítico; todo lo hace con seguridad y rapidez
asombrosa y su producción se destaca por su calidad
excelente. Por este motivo, la revista lo designa como redactor
fijo y le confía una de sus secciones más
importantes: los Boletines, en los que se recoge y comenta la
actualidad política, literaria y social de
México".

México consolida su pensamiento político
cultural y su sentido de identidad respecto a lo que
posteriormente llamará Nuestra América y los
artículos publicados dan cuenta de ello. Sin caer en la
mediocridad nacionalista o regionalista, su periodismo exalta la
necesidad de rescatar, formar y desarrollar la obra propia,
autóctona, natural de nuestros pueblos de América.
Revelar esta obra es revelarse a sí mismo como pueblo que
se resiste a seguir siendo sombra y eco de culturas
exógenas. Sencillamente, "(…) la vida americana (…)
brota (…) Las manos que han surgido de una tierra virgen, no
han debido ser hechas para aplaudir las postrimerías de
una tierra cansada y moribunda"

Martí, junto a los mexicanos comunica y proclama
la necesidad de que nuestros pueblos sean sujetos de su obra,
pues "un pueblo – escribe Martí- no es una masa de
criaturas miserables y regidos: no tiene derecho de ser respetado
hasta que no tenga la conciencia de ser regente
(…)".

De modo enérgico y con fuerza persuasiva y
racional defiende al indio y al hombre humilde, trabajador, en
general.

Su crítica humanista exige tolerancia, respeto al
otro, dignidad y fidelidad a los principios. En la
polémica, en la crítica, en la censura debe vencer
la fuerza de la razón y los argumentos, expresados con
mesura y cortesía. "(…) La urbanidad en la forma no
excluye la vehemencia en las convicciones (…) Las causas no
necesitan solamente razón; necesitan razón y
cortesía, derecho y mesura (…). La prensa debe ser
el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan
espacio a la libre emisión de las ideas. Nunca se acepta
lo que viene en forma de imposición injuriosa; se acepta
lo que viene en forma de razonado consejo".

Su cosmovisión humanista abre camino al oficio
periodístico. Tratar la realidad, eventos y
acontecimientos con ojos humanos que buscan humanidad devino
vocación del método martiano. La crítica
como ejercicio humano del criterio la desarrolla en su amado
México. Su linaje humano impregna al oficio ansias de
altura en pos de la verdad, el bien y la belleza. Por eso, para
Martí, "la crítica es siempre difícil y
sólo una vez noble: cuando señala defectos
pequeños de un carácter que vale más que sus
defectos; cuando, en vez de limitarse a débiles exigencias
de gramática, censura las ideas esenciales con
alteza de miras, e imparcialidad y serenidad de
juicio".

Múltiples aportaciones al periodismo militante
realiza Martí en su etapa mexicana: abordar la realidad
con alteza de miras; objetividad en el análisis de los
hechos; necesidad de partir del hombre en su creciente humanidad;
la crítica como medio de perfeccionamiento humano; sentido
de identidad latinoamericana en pos de una cultura del ser, y en
fin, el periodismo como instrumento de educación humana y
ascensión ética.

En México se inicia su periodismo profesional con
audacia y creación y sólo se interrumpe cuando ve
desaparecer el proyecto liberal de Lerdo de Tejada con el ascenso
de Porfirio Díaz. !Con cuánta nostalgia escribe el
periodista cubano que ya se siente mexicano, al ver derramarse la
sangre entre
los propios mexicanos! "¿Quién desangra a este
pueblo todo vida? -Pregunta Martí -. ¿Quién
pervierte a esos hombres todo amor? (…) Una revolución
es necesaria todavía: la que no haga Presidente a su
caudillo!"

Ante la crítica de la prensa aliada a Porfirio
Díaz, que descalifica sus criterios por ser extranjeros,
Martí justifica la "intromisión", defendiendo la
libertad de pensamiento y su amor a México y a
América. Sencillamente, !Humanidad, más que
política! !Indignación, más que miseria!
Esta es mi fuerza: aquella es mi amor! (…) La conciencia es la
ciudadanía del universo" .

Las experiencias de México encuentran
continuación en Guatemala. El
problema de la identidad de nuestra América ocupará
un lugar central, en sus reflexiones.

En Cuba, en su breve estancia, participa de la vida
cultural del país y en la lucha contra el colonialismo
español. En sus polémicas
filosófico-literarios, defienda la humanidad del hombre y
su espiritualidad como prerrequisito de la imaginación y
la creación humanas.

En Venezuela
(febrero de l881 al 28 de julio) continúa el bregar
martiano de la revelación de nuestra América.
Completa su visión crítica del ser de nuestros
pueblos y de las potencialidades creadoras del hombre
latinoamericano. Sus dotes literarias y como escritor se
profundizan. Introduce el modernismo en
las letras, con un discurso y un estilo original,
pletórico de calor,
color y ritmo
que impregnan al periodismo alto numen comunicador. La
presentación de la Revista Venezolana y el Ismaelillo dan
cuenta de un nuevo espíritu en las letras hispanas. "Nace-
refiere Martí- a la Revista Venezolana- del afecto
vehemente que a su autor inspira el pueblo en que lo crea; va
encaminado a levantar su forma, publicar su hermosura, y promover
su beneficio. No hace profesión de fe, sino de amor. No se
anuncia tampoco bulliciosamente. Hacer, es la mejor manera de
decir"

Un periodismo de alto calibre profesa Martí. Un
periodismo que exige ir a las raíces de los problemas sin
perder los detalles. En Venezuela quiere culminar el trabajo
iniciado en México. Por eso, la Revista Venezolana "no
será, pues tribuna egoísta (…) sino casa modesta,
donde todo sereno pensamiento, y pensador hidalgo, tendrán
casa" .

Pero otra vez le espera el peregrinaje. El presidente
Guzmán Blanco no admite que el periodista enseñe
verdades a la juventud y ame con fuerza la independencia y la
redención humana.

En los E. Unidos (1880-1895) el genio
periodístico de Martí alcanza su madurez. Trabaja
como crítico de arte en la revista The Hour. A
través de esta conoce a Charles Dana, director de The Sun,
periódico de gran circulación donde Martí
colabora también.

La sustancialidad de su discurso, la voluntad de estilo
y la fuerza conceptual e imaginativa que lo embarga hacen del
periodismo martiano un gran vehículo de
comunicación americano. Varios periódicos de
América
Latina solicitan su colaboración. La Opinión
Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires y
otros publican las bellas crónicas de Martí. La
América de Nueva York, El Economista americano son
portadores de artículos de Martí, sobre variados
temas políticos, sociales y culturales. Pero la Revista La
Edad de Oro, escrita íntegramente por Martí para
los niños pone de manifiesto el talento del Maestro en el
periodismo infantil. Esta revista, todo un poema
pedagógico para la formación humana del niño
de nuestra América, escrita con frescura y amor
inigualables, sintetiza el oficio y la misión de un hombre
que hizo culto a la bondad, a la belleza y a la
verdad.

Para dar concreción a sus altos ideales crea el
Partido Revolucionario Cubano y a "Patria", como órgano
periodístico en función de la divulgación y
la explicación de las razones de la guerra necesaria, con
todos y para el bien de todos, por la república
nueva.

El antimperialismo, el antirracismo, el
latinoamericanismo y su visión ecuménica,
consustanciales a su cosmovisión humanista cualifican con
alto vuelo el periodismo martiano. Obras de la dimensión
de "Nuestra América", "Un drama terrible", "Conferencia
Internacional Americana", "La Edad de Oro", los temas de las
"Escenas Norteamericanas" y los artículos de "Patria", por
sólo mencionar algunos, dan cuenta del profundo
pensamiento martiano y la profesionalidad con que ejerce el
periodismo.

En los últimos meses de su vida, ya en el campo
de batalla, luchando por la independencia de su patria, no cesa
el periodismo martiano. En su último diario, "De Cabo
Haitiano a Dos Ríos", Martí como corresponsal de
guerra, aportó páginas bellas al periodismo de
campaña. Con un estilo sencillo y subjetivo exalta la
naturaleza cubana, el comportamiento de los hombres,
reseña breves anécdotas y narra pequeñas
escenas del devenir humano en tiempo de guerra. El gran
comunicador dice mucho con pocas palabras, informa con brevedad y
suscita con intensidad.

Es indudable que estamos en presencia de un gran
periodista que hizo del oficio una magnánima obra de
redención humana. La obra periodística de
José Martí, fundada en una rica cosmovisión
humanista, no sólo informó sino además
formó. Su discurso, conjugando ciencia y conciencia,
sentimiento y razón y misión y oficio, devino
programa pedagógico de acción comunicativa. Un
oficio proyectado en términos de programa
pedagógico de formación humana y avalado por un
sistema de valores que prioriza por sobre todas las cosas la
educación del hombre natural de Nuestra
América.

LA RELACIÓN ÉTICA – POLÍTICA
EN EL PENSAMIENTO DE JOSÉ MARTÍ

En la obra martiana la relación
ética-política deviene momento central de su
concepción del mundo y del cosmos humano. Se inserta a su
cosmovisión del ser unitario y a la totalidad cultural con
que piensa y recrea la realidad.

No es posible revelar la esencia de la relación
ética-política en el pensamiento de Martí,
al margen de una real comprensión del elan cultural que
penetra todo su pensamiento. Es un discurso pleno de humanidad
que parte del hombre, la actividad humana y su
determinación en la cultura.

En Martí, la política es una zona de la
cultura y la cultura misma es consumada expresión humana
al servicio del hombre. Al mismo tiempo el connotado sentido
cultural del discurso del Maestro y su enfoque sociocultural
antropológico en la asunción de la realidad,
dimanan de su vocación ética de servicio. Esto
significa entonces que la ética en Martí, es
mediación central y núcleo fundante de su
pensamiento y acción. Y su concepción de la
política, como todo quehacer del hombre discurre por
cauces ético-morales.

La concepción ética martiana, incluyendo
la política es acreedora de una rica tradición
cubana que recoge lo mas valioso del pensamiento
filosófico, pedagógico y cristiano, en un proceso
de creación, continuidad y ruptura, en correspondencia con
su evolución ideológica.

Desde sus primeros trabajos la ética y la
política convergen en Martí, para concretar una
vocación patriótica, en términos de
agonía y deber. Una voluntad de redención y
ascensión humanas, capaz de lograr hombres con ciencia y
con conciencia para el bien de la patria.

En el discurso de Martí se hace viva presencia la
voz del fundador y del guía espiritual que hace de la
política y la ética una unidad indisoluble. Esta
convencido que "todo va acrisolándose por el ejercicio del
bien, y convirtiéndose en esencia espiritual, presente
aunque invisible. Todo es orden en las almas ya libres , cuya
acción superior, e influjo directo, sienten confusamente
en esta vida las almas irredentas. Edúquese lo superior
del hombre para que pueda, con ojos de más luz, entrar en
el consuelo, adelantar en el misterio, explorar en la excelsitud
del orbe espiritual

Para un hombre de su estirpe, con un pensamiento
alumbrado por una rica espiritualidad que ha hecho de la
dación desinteresada una perenne misión, lo
ético y lo político fluyen en unidad hasta
consagrar un oficio de voluntad de servicio. Sencillamente para
el Maestro "pensar es servir," y la "vida (…) misterio sereno
de justicia" , es decir, amor, solidaridad, virtud y
deber.

Hay en la obra de Martí un rico ideario
ético-político, consustancial a un humanismo
pedagógico que da primacía a los valores. No es
posible olvidar que estamos en presencia de un hombre fundador,
cuyo pensamiento y praxis los puso en función de la
formación humana del hombre de nuestra América.
Toda su obra es formativa, en esencia; siempre lleva un mensaje
de perfección humana, para la ascensión del hombre.
Como cree en el hombre y concibe lo malo en la naturaleza humana
solo como accidente, echó pie a la obra para lograr que se
desarrolle y prevalezca todo lo bueno, bello y verdadero que
lleva dentro su creciente humanidad.

Martí es un hombre de alma política, pero
de la política que funda y despliega humanidad, decoro y
dignidad al pueblo. En su concepción, la política
verdaderamente humana "requiere del arte, la mesura, el estudio y
el buen gusto como ella " . Considera que "el gobierno es un
encargo popular: dalo el pueblo; a su satisfacción debe
ejercerse; debe consultarse su voluntad, según sus
aspiraciones, oír su voz necesitada, no volver nunca el
poder recibido contra las confiadas manos que nos lo dieron, y
que son únicas dueñas suyas." La creación
humana debe presidir a la política, como arte previsor,
capaz "(…) de adecuarse al momento presente, sin que la
adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del
ideal que se persigue (…)"

La visión política martiana, guiada por la
eticidad concreta que la ilumina, desde Abdala, El Presidio
Político en Cuba, La República Española ante
la Revolución
Cubana, los trabajos de la etapa de México, Guatemala,
Cuba, Venezuela y los Estados Unidos, siempre con vocación
patriota e identitaria, ha hecho comino al andar; sin embargo a
partir del segundo lustro de la década del 80, con
énfasis especial en la década del 90, imbuida en la
preparación de la guerra necesaria del decoro y las ideas,
se hace mas profunda y trascendente. El ensayo Nuestra
América es un manifiesto identitario que resume en unidad
los idearios ético-políticos. El antimperialismo,
que completa con creces su revelación americana, su
latinoamericanismo, no hace mas que concretar sus concepciones
políticas en los marcos de un programa cultural
desalienador, que inserta a Cuba en la modernidad como
nación libre e independiente. Un programa cultural
permeado de razón utópica realista, que avala y
traduce una politica sustanciada en fundamentos ético-
morales.

La república soñada "con todos y el bien
de todos", prefigura la utopía martiana, en
términos ético-políticos, como forma de
organización social capaz de realizar el
ser cubano en todas sus mediaciones.

La guerra misma, en la concepción martiana no es
en sí misma, un fin; sino un medio, para realizar un
proceso humano de emancipación. No es una guerra de
venganza y odio desinteresado, contra el español, sino
contra un sistema colonial que asfixia a su pueblo e impide el
progreso de la nación, pues como bien afirma Martí"
(…) los españoles buenos, los españoles
trabajadores, los españoles rebeldes, esos no
tendrán nada que temer de sus hijos, no tendrán
nada que temer de un pueblo que no se lanza a la guerra para la
satisfacción de un odio que no siente, sino para el
desestanco de su persona y para la conquista de la
justicia"

El propio concepto de justicia, como sol del mundo
moral, en la determinación lucista, en Martí,
integra en síntesis las aristas ética y
política.

La guerra de Martí, como acertadamente la define
Máximo Gómez, es una revolución de ideas,
que continúa la Gesta gloriosa del 68, en sus
propósitos esenciales, y al mismo tiempo la supera en
alcance y proyección social, en correspondencia con nuevas
realidades y contextos.

Es una revolución, cuya alma organizativa, el
Partido Revolucionario Cubano, según Martí "(…)
es el ímpetu tierno, de heroico amor, por donde los
corazones abrazados, bajo la guía de la mente fuerte y
justa, vuelven, con la lección sabida, a los días
de aurora de nuestra redención. Se trata de un partido
para la guerra y el bien de la república, que antes de
esta, proclama su "redención de los vicios que afean al
nacer la vida republicana" . Un partido, que resumiendo
críticamente las experiencias de la guerra grande, en sus
éxitos y fracasos; las realidades y vicios de las
repúblicas de Nuestra América y las acechanzas de
los Estados Unidos, devienen autoconciencia crítica de una
nación en revolución, que se resiste a ser y a no
reproducir el espíritu de las repúblicas hermanas
del continente. Una organización político-cultural
que sintetiza una conciencia histórica en pos de la
unidad, el equilibrio de fuerzas y factores, la libertad y la
independencia total, por una república, donde impere "
(…) el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre
"

El Partido Revolucionario Cubano encarna el
espíritu de la revolución de Martí y
discurre como obra ético-moral para realizar la
independencia de la patria. Es una empresa que si bien proclama
la guerra inevitable, esta mediada por objetivos socioculturales
en función del hombre. Persigue ante todo, " ordenar la
revolución del decoro, el sacrificio y la cultura-
enfatiza el manifiesto de Montecristi -de modo que no quede el
decoro de un solo hombre lastimado, ni el sacrificio parezca
inútil a un solo cubano, ni la revolución inferior
a la cultura del país, no a la extranjeriza y
desautorizada cultura que se enajena el respeto de los hombres
viriles por la ineficacia de sus resultados y el contraste
lastimoso entre la poquedad real y la arrogancia de sus
estériles poseedores, sino el profundo conocimiento de la
labor del hombre en el rescate y sostén de su dignidad:-
esos son los deberes, y los intentos, de la revolución.
Ella se regirá de modo que la guerra pujante y capaz
dé pronto casa firme a la nueva
república."

La revolución de Martí no solo sintetiza
las experiencias revolucionarias de Cuba y América. Esta
avalada por una concreta eticidad que media su concepción
del hombre y su espiritualidad, encarnada en valores para la
nueva sociedad que intenta fundar.

Los valores son inmanentes a toda la obra de José
Martí, sin excluir la relación
ético-política de su pensamiento. Es que el Maestro
de América en perenne búsqueda de la
ascensión del hombre, encuentra en ellos los medios
necesarios por antonomasia. El discurso martiano- particularmente
el ético-político- está permeado da un
excelso numen formativo, que lo convierte en programa
pedagógico de acción comunicativa. Un programa que
más que decir -y dice mucho-, suscita y convoca, a
través de un conjunto de valores que operan como
axiología de la acción.

EL
SENTIDO DE IDENTIDAD EN LA OBRA DE A. CARPENTIER.

Hay en Carpentier (1904 -l980), una concepción
unitaria del ser en eterno cambio y transformación,
sustanciada por una visión profunda del hombre, la
historia y la cultura como proceso. Esto avala su método
estructurador de esencia que sin soslayar lo determinante no
pierde de vista lo fenoménico que matiza el todo como
sistema.

Al mismo tiempo, su genialidad literaria, con dotes
excepcionales como escritor y comprometido con su tiempo
histórico, lo abren nuevas vías de acceso a la
realidad y nuevos fundamentos interpretativos del devenir
histórico-social que encuentran concreción en su
profusa producción novelística y su en restante
obra literaria, como crítico, cronista y
periodista.

Es sorprendente en el escritor cubano el empleo y uso
del lenguaje. Su rica cultura, unido al estilo barroco
expresivo y al americanismo, si ciertamente hace difícil
la comprensión a veces por el lector común, sin
dominio del
oficio, esto no contradice la maestría del autor. Su prosa
con gran apego al barroquismo, no dibuja los escenarios, los
cuadros, con fines simplemente decorativos, ni en función
de alarde de erudición. Es el ejercicio del narrador
acucioso que exige seguir la lógica y el sentir mismo del
objeto que narra y describe. Por eso cada relato, inmerso en
tiempo, espacio, circunstancia y en función del tema
central, y los accidentes
secundarios, no soslaya el entorno con su grama de señales
naturales y de claves y signos engendrados por el hombre. Todo
sobre una base creadora, subjetiva, -no subjetivista-
pletórica de imaginación. Esto por supuesto,
presupone que cada obra del escritor sea resultado de una
profunda investigación, que incluye la penetración
y el dominio del contexto y la aprehensión del lenguaje
que lo expresa. Esto se pone de manifiesto en el modo en que
describe la arquitectura, la
música y los diversos temas de la realidad americana y
universal.

En este mismo sentido, resalta por su riqueza expresiva
y aprehensiva el modo con que capta la psicología de los
personajes, su trama existencial ante las posibles alternativas
que le deparan las circunstancias, incluyendo los cauces de
realización o no. Con ello, sus narraciones constituyen
verdaderas fotografías creadoras, o más exactamente
radiografías psicológicas. Lo que no implica en
modo alguno el uso absoluto de procedimientos introspectivos de
corte fenomenológico, pues Carpentier no se contenta con
las esencias puras ni pone el mundo entre paréntesis Su
discurso si bien está perneado por la subjetividad humana
como creador fundante, es revelador de lo real maravilloso en
nuestra América. Descubrimiento pleno de
imaginación y creación que, afincado en la
realidad, abre nuevas perspectivas humanas de realización
en la revelación de nuestra identidad. Un nuevo
modo de "…. situarse ante las cosas propias, con ojos
nuevos y espíritu virgen de prejuicio" para
así (…) hallar la más sencilla verdad de lo
universal, lo propio, lo mío y lo de todos
-entendiéndome a mí mismo- al pie de una ceiba
solitaria que antes de mi nacimiento estaba y está
siempre, en un lugar más bien árido y despoblado,
entre los Cuatro Caminos…" La oposición
América-Europa, es recurrente en la narrativa
carpenteriana. La búsqueda del ser propio latinoamericano
y su inserción en la universalidad, en tanto tal, es una
profesión de identidad humana en el intelectual cubano.
Exige el reconocimiento universal de nuestros pueblos, avalado en
su concepción de la historia y la cultura como ser
esencial humano y medida de su desarrollo. Por tanto, no es
posible negar la universalidad a una región con cultura
autóctona, plena de imaginación donde lo
insólito es cotidiano. Una región, llena de augurio
y presagio, cuya identidad se ha plasmado como resultado de un
profundo proceso de transculturación. De ahí que se
pronuncie "contra lo exótico". Al incorporarse el contexto
del mundo americano al contexto de la novela
universal -escribe Carpentier- se le quita el exotismo a la
novela americana. Precisamente estoy en contra del tipo de novela
que empieza en el primer capítulo con una fiesta del
pueblo, en el segundo un amorío típico a caballo,
en el tercero un balazo. Lo que quiere es que los elementos
latinoamericanos se integren a la cultura universal".

En su obra el americanismo no es una consigna, sino una
concepción sociocultural muy profunda que continúa
una tradición que defiende la autenticidad del ser de
nuestra América y se opone a continuar siendo sombra y eco
de culturas exógenas.

En esta dirección, en la obra carpenteriana,
expresada en disímiles manifestaciones, la
interacción de lo universal y lo particular propio, en la
cultura, ha constituido un tema central, cuyo discernimiento
deviene eficaz contribución en el rescate,
reafirmación y desarrollo de la identidad de nuestra
América.

Es una obra que con visión universal, arranca de
las raíces para legitimar lo específico e
insertarlo al todo con estatus de universalidad. Es una perenne
búsqueda -un motivo humanista sociocultural- del ser en su
devenir y ascensión para reafirmar la identidad humana y
social en primera instancia, así como dar cuenta de su
proyección cultural en el tiempo.

En Carpentier la búsqueda identitaria la anima
una eterna vocación humana de reconocimiento de la
humanidad del hombre y su creación cultural. Pro eso se
apoya en valores y comportamientos humanos inmanentes a todo
hombre, independientemente de épocas y tiempos
históricos.

Hay en su obra un sentido de identidad como hilo
conductor, que o partir de múltiples mediaciones se dirige
siempre a captar la naturaleza del ser humano en general
-identidad humana- o el ser existencial de nuestra región
-identidad latinoamericana-, en particular, para tematizarse en
concretos resultados que parten de las raíces con
espíritu ecuménico, hasta totalizarse en producto
que dan cuenta de la cultura como síntesis de lo
particular y lo universal.

Esta concepción sirve de premisa a la
búsqueda identitaria carpenteriana. La teoría de
los contextos da los instrumentos metodológicos que el
intelectual necesita para asumir y captar lo específico
nuestro. "Vayamos ahora a la importante cuestión de los
conceptos cabalmente latinoamericanos- señala Carpentier –
que puede contribuir a una definición de los hombres
latinoamericanos, en espera de una síntesis- aún
distante, situada más allá del término de
las vidas de quienes ahora escriben- del hombre
americano"

Desde el punto de vista teórico no se trata de un
nuevo descubrimiento, pues ya en su obra Carpentier lo ha
aplicado, pero en este momento aparece en coherente
exposición y ya integrados a la teoría y el
método del autor, para "(…) entender el comportamiento
del hombre americano ante ciertos hechos" No es posibles
aprehender el ser de nuestra América y el comportamiento
de sus hombres, incluyendo sus expresiones psicológicas,
ideológicas y en general culturales, al margen de los
contextos propuestos por el mayor novelista cubano:

  • Contextos raciales:"Convivencia de hombres de una
    misma nacionalidad pertenecientes a distintas razas. Indios,
    negros y blancos, de distinto nivel cultural que, a menudo
    viven contemporáneamente en épocas distintas, si
    se considera su grado de desarrollo cultural"
  • Contextos económicos:"Inestabilidad de una
    economía
    rígida por intereses foráneos"
  • Contextos políticos.- "El contexto
    político-militar latinoamericano es de implicaciones
    inagotables"…
  • Contextos ctónicos.- "Supervivencia del
    animismo, creencias, prácticas, muy antiguas, a veces de
    un origen cultural sumamente respetable, que nos ayuda a
    enlazar ciertas realidades presentes con esencias culturales
    remotas, cuya existencia nos vincula con lo universal- sin-
    tiempo (…) En la portada de una iglesia de
    Misiones aparece, dentro de un concierto celestial, un
    ángel tocando las maracas"
  • Contextos burgueses.-Inestabilidad clasista de la
    burguesía, posibilidad de ascender con rapidez y caer
    con facilidad, en función de interés
    exterior.
  • Contextos de distancias y proporción.- "La
    distancia es otro contexto importantes como La escala de
    proporciones. Las dimensiones de lo que circunda al hombre
    americano. Esas montañas, esos volcanes que
    aplastarían, si allá se trasladaran por
    operación de magia, los panoramas montañosos de
    Suiza o de los Pirineos… Pero la distancia y la
    desproporción no son elementos pintoresco. Pintoresco es
    lo que por definición, puede caber en una pintura, en
    un cuadro"
  • Contexto de desajuste cronológico.- se asumen
    corrientes y realidades, cuando estas "ya rebasaron sus metas
    iniciales"
  • Contextos Culturales." Somos un producto de
    varias culturas, dominamos varias lenguas y respondemos a
    distintos procesos, legítimos, de
    transculturación .
  • Contextos culinarios. Tienen su importancias en
    cuanto a sus particulares contextos histórico. El ajiaco
    cubano, por ejemplo, plato nacional de la cocina criolla,
    reúne, en una misma cazuela, la cocina de los
    españoles, con productos de la primera tierra avistada
    por los descubridores"
  • Contextos de iluminación.- Toda novelista
    latinoamericana debería estudiar cuidadosamente la
    iluminación de sus ciudades. Es un elemento de
    identificación y de definición"
  • Contextos ideológicos.- No se trata de
    demostrar sino de mostrar para cumplir la misión
    ideológica. A partir del momento en que hay " un
    contexto -épico verdadero (…) un contenido social,
    épico-social (..) puede eximirse de toda prédica
    personal por la veracidad y elocuencia de los hechos
    presentados"

La teoría carpenteriana de los contextos es en
sí misma un ejercicio de trascendencia latinoamericana que
concreta y resume el sentido de identidad que embarga su
discurso. Pero el premio Cervantes no se detiene en los contextos
para revelar identidad. Se dirige además al estilo mismo y
con maestría insospechable descubre que" nuestro arte
siempre fue barroco: desde la espléndida escultura
precolombina y el de los códices, hasta la mejor
novelística actual de América, pasándose por
las catedrales y monasterios coloniales de nuestro continente .
Hasta el amor físico se hace barroco en la encrespada
obscenidad del guaco peruano. No temamos, pues, al barroquismo en
el estilo, en la visión de los contextos, en la
visión de la figura humana (…) No temamos el
barroquismo, arte nuestro, nacido de árboles, de leños, de retablos y
altares, de tallas decadentes y retratos caligráficos y
hasta neoclasicismos tardíos; barroquismo creado por la
necesidad de nombrar las cosas, aunque con ello nos alejemos de
las técnicas
en boga (..)"

El barroquismo latinoamericano, estrechamente vinculado
a los contextos, como realidad específica muestra, y modo
de aprehender su ser esencial, y el descubrimiento de lo real
maravilloso, completan la teoría carpenteriana de la
revelación del ser de nuestra América. A cada paso-
señala Carpentier- hallamos lo real maravilloso. Pero
pensaba, además que esa presencia y vigencia de lo real
maravilloso no era privilegio único de Haití, sino
patrimonio de
la América entera, donde todavía no se ha terminado
de establecer, por ejemplo, un recuento de
cosmoganías"

En lo real maravilloso, la teoría de los
contextos latinoamericanos y el barroquismo, se concretan en un
proceso objetivo- subjetivo, de aprehensión de la realidad
latinoamericana en toda su riqueza expresiva propia. "Y es que,
por la virginidad del paisaje, por la formación, por la
ontología, por la presencia fáustica
del indio y del negro, por la revelación que
constituyó su reciente descubrimiento, por los fecundos
mestizajes que propició, América está muy
lejos de haber agotados su caudal de mitologías. ¿
Pero qué es la historia de América toda sino una
crónica de lo real maravilloso?".

El cronista de lo real maravilloso americano, con su
perenne sentido de identidad latinoamericana, comprendido al
mismo tiempo en los marcos de un proceso dialéctico entre
lo particular y lo universal y mediado por lo diferente y
diversos, aportó claves metodológicas importantes
para futuras aproximaciones al ser esencial de nuestra
América.

FILOSOFIA E IDENTIDAD EN EL PENSAMIENTO DE MEDARDO
VITIER

Medardo Vitier fue un gran maestro por
vocación, oficio y misión. Se graduó de
maestro de la enseñanza primaria, más tarde se
titula de Dr. En Pedagogía en la Universidad de La Habana
y realiza estudios de Litera Española en la Universidad de
Columbia, Estados Unidos. Ejerce como docente en la Escuela
Normal de Matanzas: Aquí su oficio y misión
encuentran concreción como Maestro de Maestros que sabe
sembrar semillas de cubanía y de humanidad.

En 1952 ocupa la cátedra de Historia de la
Filosofía en la Universidad Central de Las Villas. En esta
institución desplegó una fructífera labor
magistral. Este centro de altos estudios le otorgó los
títulos de profesor de Mérito y de Dr. Honoris
Causa en Filosofía por su magna investigación
sistemática sobre la cultura filosófica
cubana.

En su magisterio se destaca como profesor de Cursos de Verano
en la Universidad de La Habana, Nuevo México y Puerto Rico.
Miembro de Número de la Academia Nacional de Artes y
Letras, del Ateneo de La Habana, de la Real Academia
Española y de la Academia Nacional de Ciencias de
México.

En su actividad intelectual su figura emerge con fuerza,
colabora en revistas como El Fígaro, Cuba
Contemporánea, Isla, Bimestre Cubana, Bohemia, Revista
Cubana y otros. Posee una vasta obra, entre las cuales sobresalen
"La ruta del sembrador; motivos de Literatura y filosofía,
192l; Varona, Maestro de Juventudes, 1936, Enrique José
Varona: su vida, su obra y su influencia (conjuntamente con
Elías Entralgo y Roberto Agramonte), l937; Las ideas en
Cuba, l938; La lección de Varona, l945; Del Ensayo
Americano, l945; La filosofía en Cuba, l948; Martí
estudio integral, l954; José de la Luz y Caballero como
educador, l957; Kant,
iniciación en su filosofía, l950; Valoraciones I y
II, l960-1961.

Según Salvador Bueno ",(…) podríamos
dividir su producción en tres temas principales: la
preocupación hacia la vida intelectual cubana del siglo
XIX, especialmente sobre la figura de Enrique José Varona;
segundo, su atención a las letras hispanoamericanas,
con preferencia hacia su novelística y su ensayo y, por
último, su interés por temas filósofos
relacionados con la vida humana, su formación ética
y sus índices de conducta".

En todas partes su estilo transparenta su misión
y oficio"(…) oscila entre las dos apetencias de su actividad
literaria: el aporte didáctico y el vuelo
ensayístico" es decir, a través de un discurso
suscitador y pletórico de enseñanzas y aperturas.
Todo esto sobre la base de una cultura amplia que denota
maestría, profesionalidad y erudición.

En la historiografía filosófica del siglo
XIX los aportes sistematizadores de Medardo Vitier son
extraordinarios y aún no han sido superados, a pesar de
valiosos intentos…. Un modo peculiar de enfoque – el
sociocultural antropológico- revela sus análisis en
el tratamiento de figuras y épocas. No se pierde el
sentido totalizador ni la integración dialéctica en el
movimiento de las ideas, pues en su concepción los"
movimientos ideales aparecen concomitantes, cuando las realidades
sociales y económicas en desequilibrio, suscitan la
crisis. Las
doctrinas -enfatiza Vitier- no generan la historia por sí
solos, si bien acuden, a veces en razón a verificar las
zonas superiores del espíritu humano. Por eso el llamado
"Materialismo
Histórico, tan en boga a virtud de las
enseñanza de Carlos Marx,
contiene mucho de cierto ".

Los estudios de Vitier sobre la egregia figura de
Enrique José Varona, devienen contribuciones a la cultura
cubana, en la medida que penetran en las múltiples facetas
del intelectual cubano y sabe llegar al núcleo central de
su pensamiento y acción.

Sus obras "Las ideas en cuba (l937), La Filosofía
en Cuba (1948) y "Martí, estudio integral (l954), ponen de
manifiesto estudios profundos sobre personalidades del
pensamiento cubano, así como la evolución de
nuestro pensamiento político, filosófico y
literario en su movimiento de continuidad.

A pesar de que en la obra de M. Vitier, no es
común encontrar el problema de la formación
nacional cubana, incluyendo su proceso identitario, como tema
especial, desde el punto de vista
teórico-filosófico y pedagógico el asunto es
recurrente. Tanto en el análisis de figuras, como en el
estudio de la evolución de las ideas en Cuba, la identidad
como expresión cultural del ser esencial cubano es objeto
de la reflexión discursiva del filósofo y pedagogo
cubano. Pero una identidad concebida como totalidad que presupone
la diferencia.

En Medardo Vitier, lo cubano y toda la cultura
engendrada por la actividad humana, en su totalidad aprehensiva
define el ser esencial cubano. Ser esencial, que en tanto "(…)
naturaleza humana es tan rica en cualidades y tan complicada, que
necesita todos los cauces de la cultura para revelarse"
.

Su filosofía humanista no sólo busca la
identidad como pueblo y nación, sino como creciente
humanidad que presupone la primera. Su cosmovisión
trasunta un humanismo racional que privilegia al hombre en su
dimensión axiológica.

En 1948 sus preocupaciones humanistas toman cuerpo en su
artículo: Notas sobre una formación humana, cuyas
finalidades esenciales se dirigen a cultivar " bondad genuina en
el individuo y el pensamiento crítico frente a hechos y
doctrinas". Se trata de un programa de carácter
sociocultural antropológico, capaz de orientar la
formación del hombre cubano. Por eso, al reflexionar sobre
el titulo:¿formación cultural?
¿Formación intelectual?, se decide por
formación humana, en tanto esto, lo humano, en su
criterio, cualifica la esencia verdadera del hombre bueno, digno,
solidario y honesto. Lo humano en Vitier es síntesis de
múltiples aprehensiones éticas, estéticas,
políticas y culturales. Es el hombre en su plenitud humana
cuyas acciones y comportamientos no hacen más que
perfeccionar una sólida cultura de los sentimientos y la
razón. Esto lo aprendió de Luz y Caballero, de
Varona; de Martí, de la tradición cubana y de la
cultura universal en general de modo original y
creador.

Vitier no concibe la formación cubana, incluidos
la conciencia y la memoria histórica, al margen de la
persona humana. El hombre, su humanidad, encarnados en un sentido
de la vida y apoyado en valores debe presidir el proceso de
desarrollo nacional; y la tradición como pivote
alimentador del presente y memoria histórica que lo
actualiza y complementa se inserta al ser nacional para
cualificarlo en dirección al porvenir. Pero siempre
teniendo en cuenta que "(…) no es un compromiso total con el
pasado para repetir y perpetuar los criterios de antaño.
Amar la tradición –recalca Vitier- no implica
adherirse sistemáticamente a las normas de
períodos que tuvieron sus problemas, muy diferentes de los
nuestros. Significa sentir la continuidad de los altas
aspiraciones humanas y reconocer que ya antes que nosotros hubo
quienes se preocuparon por elevar la condición del
país. Significa sentirnos ligados en el tiempo y en el
propósito a una obra de salvación nacional, aunque
con medios distintos, y significa en fin, un tributo moral a la
virtud de los antepasados" .

En la comprensión de la existencia cubana, del
ser y su proyección hacia la contemporaneidad, Vitier no
separa la historia y la cultura. El devenir humano, social en
esencia, lo realiza el hombre concreto en su mundo cotidiano y en
sus aprehensiones teóricas y prácticas. La
tradición media con fuerza el proceso mismo. "De la
tradición derivó Martí gran parte de su
fuerza apostólica y de su seguridad en el destino de
Cuba.

La tradición no es sólo recuerdo, es
fuerza animadora de acción humana, pues sin ella, los
pueblos son " colectividades anónimas de la historia" que
están obligadas a un eterno comienzo. Y "Martí
-señala Vitier- realizó una Revolución
consciente, porque se apoyaba en los antecedentes de la mejor
tradición cubana, tanto en lo cultural como en los
intentos reformistas, y (tratándose del 68) en la voluntad
de Independencia.

"El, a su vez- enfatiza Vitier- se ha convertido en
tradición, la alta, la pura, la perenne, porque a
más de los episodios de nueva temporalidad, contiene la
lección escrita capaz de vivificar virtudes dormidas. Y
contiene más: la vida misma del hombre, su sentido de la
ciudadanía y de la misión humana en el
mundo."

La filosofía de M. Vitier, con sólidos
fundamentos ético-humanistas capta el ser esencial cubano
en su movimiento histórico-cultural. Revela la esencia
misma del proceso y destaca los múltiples dimensiones en
que se despliega. No se queda en el pasado. Se dirige al presente
con ímpetu de futuro. Valora en su recto sentido la
existencia cubana como un proceso infinito de enriquecimiento
humano. Se apoya en Martí para cualificar lo
sustancialmente humano que preside el desarrollo del hombre
cubano y la sociedad que construye. Destaca el lugar de la
educación en la formación humana. Una
educación capaz de desarrollar la sensibilidad humana y
con ello, la revelación de valores, como "propensiones
superiores del hombre".

GRAMSCI Y LA FILOSOFIA

Gramsci fue un intelectual orgánico. Precisamente
su organicidad como hombre de pensamiento y acción se
funda en un profundo conocimiento de la Filosofía y la
Historia y una extraordinaria sensibilidad cultural para captar
la realidad y sus necesidades con sentido político. En
Filosofía, como en otros ámbitos de la cultura la
hondura de sus reflexiones deviene legado necesario para la
contemporaneidad.

Sus reflexiones críticas en torno a "El materialismo
Histórico y la filosofía de Benedetto Croce", entre
otros, contiene profundas ideas esenciales sobre el devenir
filosófico, sus determinaciones, condicionamientos y las
múltiples mediaciones en que se conforma y despliega. El
filósofo marxista, descontento con la concepción
comúnmente aceptada de la historia de la filosofía
como historia de las ideas de los filósofos, expone un
conjunto de tesis sustancialmente enriquecedoras. Entre otras,
sobresale la connotación sociocultural
antropológica que imprime Gramsci a la historia de la
filosofía. En su intelección la historia de la
filosofía no es sólo historia del conocimiento,
sino historia de la actividad humana -que incluye momentos de
carácter gnoseológico, axiológico,
práctico y comunicativo- encarnada en la cultura. En este
sentido, hacer historia de la filosofía, es al mismo
tiempo hacer historia del despliegue cultural del hombre en las
varias expresiones de su ser esencial, sintetizados en la
"historia concreta y completa (integral) (….) y sus formas
diversas de combinación ideológica".

Ante las preguntas ¿Qué es preciso
entender por filosofía, por filosofía de una
época histórica? Y ¿ Cuál es la
importancia y el significado de la filosofía, de los
filósofos en cada una de tales épocas?, la
revelación Gramsciana y su agudo discernimiento resultan
extraordinariamente sugerentes, tanto por los problemas que
aborda, como por el espíritu escrutador que conduce el
razonamiento. "Desde el punto de vista que nos interesa, el
estudio de la historia y la lógica de las diversas
filosofías no es suficiente. Por lo menos como
orientación metodológica, -enfatiza el comunista
italiano- es preciso atraer la atención hacia otras partes
de la historia de la filosofía, esto es, hacia las
concepciones del mundo de las grandes masas, hacia los más
estrechos grupos dirigentes
(o intelectuales) y, finalmente, hacia las relaciones existentes
entre estos distintos complejos culturales y la filosofía
de los filósofos. La filosofía de una época
no es la filosofía de tal o cual filósofo, de tal o
cual grupo de intelectuales, de tal o cual sector de las masas
populares: es la combinación de todos estos momentos, que
culmina en una determinada dirección y en la cual, esa
culminación se torna norma de acción
colectiva.."

Hay una dialéctica inmanente en las concepciones
histórico – filosóficas de A. Gramsci que recoge
esencialmente lo más valioso aportado por el marxismo y
otras corrientes del pensamiento universal. Una dialéctica
con sentido integrador y voluntad cultural que no admite la
filosofía como puro pensar de hombre iluminado con
espíritu de profeta. En su concepción, la
filosofía como actividad humana y resultado de ella,
encarna la cultura en sus expresiones económicas,
políticas, jurídicas, éticas,
estéticas, etc. y en los niveles codianos,
psicológicos e ideológicos, integrados en una
especial concepción del mundo que da cuenta de la
existencia humana en su devenir progresivo en la historia. Por
ello, explica Gramsci: " la filosofía de una época
histórica no es, por consiguiente, otra cosa que la "
historia" de dicha época (…) Historia y filosofía
son indispensable, en ese sentido forman un bloque". Un bloque en
tanto formas diversas de "combinación ideológica"
que compendia a manera de síntesis" (…) los elementos
filosóficos propiamente dichos, en todos sus diversos
grados: como filosofía de los filósofos, como
concepciones de los grupos dirigentes (culturales
filosóficas) y como religiones de las grandes
masas (….)".

Gramsci no niega el valor de la filosofía de los
filósofos, lo que sí rechaza es que se eleve y
estatuya como única filosofía, al margen de sus
fuentes nutricias ( realidad, cultura, formas ideológicas)
y los otros saberes producidos por las masas en sus diversas
manifestaciones, que en última instancia, todos conforman
la totalidad filosófica en forma de concepción del
mundo.

Al mismo tiempo, concibe la importancia histórica
de una filosofía por la "(….) eficiencia
"práctica" que ha logrado ( y " práctica" debe ser
entendido en sentido amplio). Si es verdad que toda
filosofía es la expresión de una sociedad.
-enfatiza Gramsci- debería reaccionar sobre la sociedad,
determinar ciertos efectos, positivos y negativos. La medida en
que reacciona es la medida de su importancia histórica, de
su no ser "lucubración" individual, sino hecho
histórico".

El filósofo de la praxis exige a la
filosofía y a su movimiento histórico, ser
conciencia crítica, si quiere cumplir la función de
autoconciencia de la cultura y fermento epocal; y al
filósofo, ser un hombre comprometido con su tiempo si
desea seguir los latidos de la realidad y nutrirse de su savia
histórica. De lo contrario, habrá filosofía,
pero estéril y huérfana de identidad, es decir,
carente de numen creador y vocación universalizadora. Una
historia de la filosofía en el sentido gramsciano debe ser
una empresa cultural, sin reducirse a una historia de la cultura.
Una historia capaz de reflejar el devenir humano, conceptualmente
estructurado y en su naturaleza sistémico- procesual",
(….) como lucha cultural por transformar la mentalidad popular
y difundir las innovaciones filosóficas que demuestren ser
"históricamente verdaderas (….)

Se trata además de una intelección con
elan sociocultural antropológico, que sin convertirse en
historia antropológica, hace del hombre y su subjetividad,
centro del quehacer histórico-filosófico. Pero no
del hombre concebido abstractamente, sino del hombre real, cuya
esencia, concreta las relaciones sociales formadas en el praxis.
Esta concepción, sí bien está presente en el
legado marxista, Gramsci lo enriquece con su aprehensión
de la relación base -superestructura como bloque
histórico y la dimensión cultural de la
filosofía en su historia.

En la obra de Gramsci, la filosofía es
producción espiritual del hombre que sin perder su
espíritu cogitativo integrador, asciende de la realidad y
desciende a ella para subvertir el presente y preludiar el futuro
creadoramente. Según su criterio, "hasta la
filosofía clásica alemana, la filosofía fue
concebida como una actividad receptiva, a lo sumo, ordenadora; es
decir, fue concebida como el conocimiento de un mecanismo que
funciona objetivamente fuera del hombre. " Sin embargo la
filosofía de la praxis sobre la base de los aportes de la
filosofía clásica alemana" (…) plantea la
inexistencia de una "realidad" fija por sí misma, sino
solamente en relación histórica con los hombres que
la modifican, etc.

Las premisas gramscianas de partida sirven de pivoles
teórico-prácticos para nuevos discernimientos de
las mediaciones internas y externas de la filosofía y su
naturaleza específica. El gran teórico marxista
penetra con audacia en el proceso interno de la filosofía
y revela múltiples aristas ínsitas en su
lógica especial, pero no se queda aquí. Distingue
la filosofía especializada, de elaboración
individual y sistemática, de la propia del sentido
común. Muestra el momento de negación o
superación dialéctica de ambas y sus
recíprocas implicaciones a partir de la filosofía
de la praxis que asume como resultado superado de la cultura
antecedente y superador del mundo cultural existente y sus
expresiones en el sentido común que profesan las grandes
masas. Sencillamente, "en la filosofía sobresalen
especialmente los caracteres de la elaboración individual
del pensamiento; en el sentido común, en cambio, los
caracteres difusos y dispersos de un pensamiento genérico
de cierta época y de cierto ambiente popular. Pero toda
filosofía – continúa Gramsci- tiende a convertirse
en sentido común de un ambiente, si bien restringido( de
todos los intelectuales). Se trata por lo tanto, de elaborar una
"filosofía que, teniendo ya difusión o difusividad
por encontrarse conectada a la vida práctica,
implícita en ella, se convierta en un renovado sentido
común, con la coherencia y el nervio de los
filosóficos individuales. Esto no puede lograrse si no se
siente permanentemente la exigencia del contacto cultural con los
"simples"

Sólo en esta dirección, en opinión
de Gramsci, la filosofía deviene realidad, deviene
"histórica", se depura de los elementos intelectualistas
de naturaleza individual y se hace vida".

En su concepción, estos propósitos
están contenidos en la filosofía marxista y debe
asumirlos con eficacia, en tanto filosofa de la praxis, devenida
autoconciencia crítica de la cultura, pues (…) en el
trabajo de elaboración de un pensamiento superior al
sentido común y científicamente coherente, no se
olvida jamás de mantener el contacto con los "simples" y,
antes bien halla en dicho contacto la fuente de los problemas que
estudiar y resolver".

En sus apuntes para una introducción y una iniciación en el
estudio de la Filosofía y de la Historia de la cultura,
además de enfatiza la función cosmovisiva de la
filosofía y por extensión la demostración de
su tesis de que todos los hombres son "filósofos", expone
ideas sugerentes: " Hay que destruir el prejuicio muy difundido
de que la filosofía es algo muy difícil por el
hecho de que es la actividad intelectual propia de una
determinada categoría de científicos especialistas
o de filósofos profesionales y sistemático. "Por lo
tanto, hay que demostrar preliminarmente que todos los hombres
son "filósofos ", defendiendo los límites y las
características de esta "filosofía espontanea,
propia de "todo el mundo", esto es de la filosofía que
esta contenida: 1) en el lenguaje mismo, que es un conjunto de
nociones y de conceptos determinados y no solamente de palabras
gramaticalmente vacías de contenido; 2) en el sentido
común y buen sentido; 3) en la religión popular y
por lo tanto en todo el sistema de creencias, supersticiones,
opiniones, modos de ver y actuar que se revelan en aquello que
generalmente se llama "folklore".

El filosofo de la praxis, revela
filosofía-sentido cosmovisivo-en el lenguaje, en el
sentido común y buen sentido y en la religión
popular y todos los sistemas de creencias, subrayando las
funciones criticas, metodológica y práctica de la
filosofía, en tanto aprehensión práctico-
espiritual de la realidad por el hombre.

Apela al " conócete a ti mismo socrático,
como proceso iniciador de todo filosofar. Destaca el valor del
lenguaje y su contenido filosòfico-cultural.

Muestra la conexión entre el sentido
común, la religión y la filosofía, y
establece diferencias. "La filosofía es la crítica
y la superación de la religión y del sentido
común y en ese sentido coincide con el " buen sentido" que
se contrapone el sentido común"

Niega la existencia de una filosofía en general.
En su criterio "existen diversas filosofía o concepciones
del mundo y siempre se hace una elección entre ellos." Se
opone a separar a la filosofía política, pues" (..)
la elección y la crítica de una concepción
del mundo es, también ello, un hecho
político"

Es indudable que estamos en presencia de un rico legado
teórico-metodológico gramsciano en torno a la
filosofía. Una herencia poco
aprovechada por los historiadores y profesores de la
filosofía. Este trabajo no agota la multiplicidad de
contribuciones al tema objeto de estudio. Sólo se aproxima
a algunos que requieren de sistematización y despliegue; y
otros, ni apenas se esbozan. Ambos forma parte de un proyectado
libro que espero sea realizado.

Particularmente, las sabias reflexiones de Gramsci, como
historiador de la filosofía marxista exigen especial
atención. Su labor creadora como crítico de las
tergiversaciones del marxismo resultan de gran valía y
transcienden nuestro tiempo. Sus notas críticas sobre una
tentativa de "Ensayo Popular de Sociología", por sí solas muestran
la riqueza dialéctica del marxismo de Gramsci, en
oposición a las tendencias de corte dogmático y
positivista que se hacen llamar marxistas. Su trabajo sobre
"Problemas para el estudio de la filosofía de la praxis",
aporta varias ideas para la comprensión del marxismo en su
génesis y desarrollo y como proceso de continuidad y
ruptura que corona una nueva cultura que hace patente el valor
del hombre, y la subjetividad humana en la radiación
social.

En fin, la obra de Gramsci tiene mucho que hacer en los
tiempos que corren. La riqueza conceptual metodológica,
teórica y práctica en sus concepciones
filosóficas es imprescindible, tanto para el estudio de la
filosofía en general, como para la historia de la
filosofía marxista en particular.

En los momentos actuales, cuando la realidad sólo
es registrable y aprehensible en su

complejidad, se exige de un pensamiento complejo con
posibilidades infinitas de asumir lo esencial sin ignorar los
detalles. Un pensamiento encarnado en la historia y la cultura,
con fuertes raíces identitarias y vocación
ecuménica. Aún Gramsci tiene mucho que decir,
aunque lo dicho sean simples sugerencias, pero con luz de
estrellas y cargadas de utopías.

PLATON Y SU VISION DEL FILOSOFAR

Platón de Atenas (427-347 a.n.e.), representa una
excelsa figura de la filosofía clásica griega. De
origen noble y discípulo de Sócrates (469-399
a.n.e), desarrolló un sistema filosófico idealista,
cuyos temas principales refieren a cuestiones ontológicas
gnoseológicas, políticas y éticas. Hace
objeto de su análisis el ser, el mundo y su origen, el
alma y el conocimiento, incluido el matemático, la
sociedad, la división del trabajo, el arte, la
educación. Como su maestro, Sócrates, las
categorías verdad, belleza y bien, ocupan un lugar central
en su discurso filosófico, y en su despliegue se
convierten e identifican recíprocamente.

En su sistema filosófico su teoría de las
ideas o especies, ocupa un lugar central, así como el
conocimiento que concibe como recuerdo.

En su filosofía, el mundo verdaderamente
existente es el de las ideas, en tanto estable y esencial. El
mundo de las cosas sensibles resulta cambiante, inestable y
falso. Su esencia auténtica, sus causas son las formas
incorpóreas no sensibles, captadas por la mente, es decir
las ideas o especies. A cada clase o grupo de objetos sensibles
corresponde en el mundo no sensible (incorpóreo) una
determinada especie o idea. Las ideas son causas, modelos,
según las cuales los objetos sensibles fueron creados,
fines a que aspira lo sensorialmente existente.

Las ideas son el ser y condicionan a las cosas, pero
dado el carácter cambiante pasajero de estos
últimos, para poderlos explicar, requieren del no ser
(materia), es
decir, del ámbito que integra el movimiento y cambio
existentes. Así, las especies se proyectan en la materia y
se transforman en la diversidad de cosas sensibles, diferenciadas
entre sí por el lugar que ocupan en el espacio.

Las ideas (especies) son modelos o arquetipos de las
cosas. El mundo sensorialmente perceptible resulta el dominio
intermedio entre el ser (ideas) y el no ser (materia). Lo que
tienen del ser se lo proporcionan las especies, como sus causas y
demiurgo y su carácter perecedero, mutable le está
dado por sus nexos con el " no ser" (materia)

Establece al mismo tiempo una jerarquía entre las
ideas, semejante a una pirámide, en cuya cúspide se
encuentra la idea del bien, que condiciona el conocimiento y la
existencia de los objetos.

Su teoría de las ideas tiene por base desde el
punto de vista ontológico y gnoseológico la
teleología y el a priorismo. Se trata de una doctrina,
donde las ideas o especies existen a priori y llevan en sí
un fin inmanente que condiciona el devenir de lo sensorialmente
perceptible.

El saber no es un resultado de la relación sujeto
objeto, mediado por la actividad humana, sino recuerdo
(anamnesis). Sencillamente el alma ante de encarnarse en los
objetos permaneció en el cielo y contempló la
existencia real . Al unirse con el cuerpo olvida cuanto
sabía, pero continúa guardando en la memoria lo que
antes contempló. La aprehensión de los objetos
materiales, de la realidad, resulta entonces, recuerdo de los
conocimientos olvidados. En fin de las ideas o especies (no
olvidar la crítica de Aristóteles a la teoría de las ideas
de Platón).

Las ideas son conocidas por la intuición de la
mente y las cosas sensoriales se reflejan en las opiniones, no
son conocimiento verdadero. Los objetos matemáticos se
perciben a través de la reflexión.

Si bien Platón, bajo la influencia de los eleatas
define el ser auténtico, como idéntico e inmutable,
en su madurez -recordemos los diálogos Sofista y
Parménides, asume de que los géneros supremos- el
ser, el movimiento, el reposo, la identidad y el cambio, son al
mismo tiempo lo uno y lo otro, son y no son, igual y no igual a
sí mismo. Admite ahora la contradicción, pero la
reduce a la opinión y la ubica en la parte inferior del
alma, sin embargo, es condición necesaria que impulsa al
alma a la reflexión. Este proceso lo denomina
dialéctica, es decir, el arte de mover a la
reflexión, revelando las contradicciones que le son
inmanentes, propios, en las representaciones y
opiniones.

Sin embargo, "la dialéctica consistirá en
el ejercicio paciente y riguroso que permitirá pasar de
los nombres a las realidades, de la opinión a la ciencia,
no modificando las formulaciones de la teoría, sino
transformando la actitud del individuo frente a los contenidos de
esas formulaciones. Es la transición de la creencia al
saber. Es en este sentido en el que el Parménides
constituiría el punto culminante de una confluencia entre
la purificación del sujeto y la pureza del objeto que
Platón había buscado a través de
diálogos como el Fedro, el Banquete o el Fedón
."

Y es que Platón, en su afán
filosófico, sus aprehensiones críticas, devienen
síntesis filosóficas desplegadas en forma de
hipótesis dialógicas y críticas que
ascienden y superan su propio objeto.

Respecto a la esperanza de una vida más
allá de la muerte. Según Pérez Ruiz
"Platón ve íntimamente ligadas la existencia
después de la muerte y la vida filosófica antes de
ella. Para él una vida así es inconcebible sin un
horizonte que supere el límite de la muerte (….)la
necesidad de tomar en serio la vida filosófica no es una
mera consecuencia de la existencia de la otra vida. Esa necesidad
es algo que se le impone directamente, pero al mismo tiempo es
algo que sólo se puede explicar verdaderamente con ese
horizonte trascendente. Así pasa tanto respecto del
conocimiento de la verdad como de la práctica de la
virtud, aunque de formas distintas. Un ser que se siente llamado
a buscar la verdad con una plenitud imposible en esta vida es un
ser que tiene un horizonte que supera los límites de esta
vida y en su búsqueda sincera de la verdad afirma
existencialmente la realidad del horizonte que hace posible esa
búsqueda. Respecto de la virtud ha insistido Platón
con toda fuerza en el desinterés completo al practicarla,
pero al mismo tiempo ha visto la imposibilidad de un divorcio
definitivo entre virtud y felicidad. No ha afirmado la
retribución inmediata en esta vida. Esta afirmación
con experiencias concretas que él conocía y
además pondría fácilmente en peligro el
desinterés de la virtud. Contra la retribución
trascendente de que él nos habla no valen esas
objeciones…..Platón sabe que esa realización
tiene que ser fruto de la vida que se lleva en este mundo y por
eso lo que aconseja no es simplemente huir de él, sino
adornar al alma con los verdaderas virtudes viviendo como se debe
".

El filosofar de Platón y su concepción de
la filosofía no es tan abstracto como a veces se entiende.
Vio con profundidad su tiempo histórico y expuso
conclusiones metafísicas profundas que hicieron de su obra
fuente imprescindible del decursar filosófico
subsiguiente, incluyendo la modernidad.

En su filosofía se percibe la decepción y
el desencanto. El programa ético de Sócrates no se
había realizado, la corrupción
desintegra la polis. Funda la academia y se refugia con sus
discípulos a hacer filosofía para salvar al
individuo. Tres doctrinas fundamentales revela su filosofar: la
transmigración de las almas, la teoría que ve en el
cuerpo una cárcel del alma, y la teoría de la
reminiscencia.

En su concepción, el amor (Eros) por la belleza
conduce al hombre al mundo de las ideas, a la belleza misma. "La
filosofía es esto, un amor, un afán siempre
creciente de saber. El amor es una fuerza intermedia entre el
mundo terrestre y el mundo de las ideas, una especie de dominio
entre lo humano y lo divino. Debido a que en el hombre habita el
Eros, este puede ascender hasta el mundo de los dioses. El amor
es el camino que conduce hacia el mundo ideal.

Las decepciones política no logran matar la
razón utópica de Platón. En la academia su
filosofar sigue cultivando la espiritualidad, como único
medio de salvación del hombre. " Habiendo abandonado las
solicitudes humanas,- dirá en el Fedro- atento a las cosas
divinas, el vulgo se mofa de él como de un loco, sin
advertir que se halla poseído por Dios".

Concibe la sabiduría y el bien como las cosas
más bellas del mundo, y al filósofo como al
más afanoso en su búsqueda, por haber dominado el
mundo de los apetitos y dirigirse al de las ideas para su
salvación. El fin de la República será un
proyecto educativo de salvación individual.

La filosofía, como la más alta
ascensión de la
personalidad y la sociedad humana por medio de la
sabiduría, será su capital instrumento. Y su
principal principio de búsqueda: el sumo bien, idea
suprema de su jerarquía piramidal, coincidente con la
verdad y la belleza, en tanto ser.

Erróneamente, a veces se ha intentado reducir al
extremo, la concepción platónica del ejercicio del
filosofar. No se debe olvidar que el amor por la sabiduría
-en el sentido socrático que asume Platón- encierra
un extenso universo con inusitada hondura. Según
Abbagnano- gran autoridad en
el tema – "el concepto platónico del filosofar es el
más alto y más amplio que se haya nunca afirmado en
la historia de la filosofía. Fuera de él no hay
ninguna actividad humana. Platón quiere que la
búsqueda se extienda "a las figuras rectas o circulares y
a los colores, al bien, a lo bello y a lo justo, a todo cuerpo
artificial o natural, al fuego, al agua y a todas las cosas del
mismo género , a cualquier especie del ser viviente, a la
conducta del alma, a las acciones y a las pasiones de cualquier
suerte" (342b). Y de toda cosa precisará conocer lo
verdadero y lo falso, porque únicamente de su
confrontación podrá sacarse la verdad del ser
(344b). La indagación en que el filosofar se realiza no
consiste en la formulación de una doctrina: Cualquier
tarea humana ofrece al hombre la posibilidad de alcanzar la
verdad y juntarse con el ser".

Para Platón, el ejercicio del filosofar se
despliega en todos las vertientes del Universo y del cosmos
humano. Lleva implícito la razón utópica, el
carácter crítico, la solidaridad, la tolerancia, el
sacrificio desinteresado, la libertad, y la sinceridad (…) La
indagación no puede desenvolverse en el mundo cerrado de
la individualidad. Es obra de hombres que "viven juntos" y
"discuten con benevolencia", sin permitir que la envidia les
sugiera las preguntas y las respuestas. Supone, en consecuencia,
el abandono de la pretensión de creerse en posesión
de la verdad y de no creer aprender nada de los demás, la
sinceridad consigo mismo y con los demás y el esfuerzo
solidario. El filosofar no es una actividad que encierre al
individuo en sí mismo, antes bien, es la vida que le abre
a los demás y le armoniza con los demás. Por eso el
filosofar no es sólo inteligencia, sino también,
saber de vida, saber vital. (…) El ser, objeto último de
la indagación, haciendo converger hacia sí como a
un centro único de los esfuerzos individuales, determina
la solidaridad libre y laborante de los individuos".

En Platón el ejercicio del filosofar no excluye
ninguna arista del universo y el hombre. No se trata de una
ciencia objetiva, sino, (…) del problema mismo que la ciencia
es para el hombre (…), vuelve así, hacia el fin de su
vida, al problema de Sócrates: el problema de hallar para
el hombre el camino de acceso a la ciencia, y, a través de
la ciencia, al ser en sí ‘.

Hoy, cuando tantas voces exigen a la filosofía
ser autoconciencia teórica de la realidad epocal,
histórico-cultural, cuyo filosofar sea síntesis
concreta de conocimiento, valor, praxis y comunicación, la
obra de Platón sigue alumbrando como símbolo de
obligatoria referencia. Su filosofar que no separó
conocimiento y valor e hizo de la bondad, la verdad y la belleza
una indisoluble unidad para la ascensión humana, dijo
mucho y continúa diciendo.

UNIVERSIDAD DE LA
HABANA

FACULTAD DE FILOSOFÍA, HISTORIA
Y SOCIOLOGÍA

SINTESIS CURRICULAR

Nombre: Rigoberto Pupo Pupo.
Edad: 55 años

Centro de trabajo: Facultad de Filosofía e
Historia de la Universidad de La Habana

Cargo: Profesor de Historia de la
Filosofía, Vicedecano de Investigaciones Postgrados y
Relaciones
Internacionales.

Categoría científica: Investigador
Titular, 1991

Categoría Docente: Profesor Titular,
1988.

Grado Científico: Dr. en Ciencias
Filosóficas, 1984. Especialista en pensamiento
latinoamericano y obra de José Martí.

El Dr. Rigoberto Pupo es Licenciado en Historia y ha
ejercido su profesión magisterial en Historia de la
Filosofía. Ha investigado particularmente los temas del
hombre, la actividad humana y la cultura y el pensamiento
latinoamericano. Especialista en Axiología, ha realizado
estudios profundos sobre el humanismo y los valores en
José Martí, incluyendo la espiritualidad que
encauza su concreta eticidad y la pedagogía de la
acción comunicativa. Posee 33 años de experiencia
científico – docente y un rico aval en premios y
reconocimientos por sus resultados y por su obra consagrada a la
Ciencia y a la docencia.

I. Premios recibidos por su actividad
científica.

  • Premio "Razón de Ser" 1998, de la
    fundación Alejo Carpentier, con el proyecto: Medardo
    Vitier y la cultura Cubana.
  • Premio Nacional de la crítica a las mejores
    obras científicas publicadas, 1991, con el libro: La
    actividad como categoría filosófica.
  • Premio Especial de Ensayo: J. Marinello y la
    aprehensión Martiana como totalidad trascendente,
    1995.
  • Premio Especial de Ensayo Juan Marinello, 1999, con
    el ensayo: Marinello, un intelectual integral.
  • Premio Especial de ensayo Juan Marinello,1998, con el
    trabajo: Un maestro creador (Mención
    especial).
  • Primer Premio de la Academia de Ciencias de Cuba con
    el ensayo: "La lucha ideológica en torno a la
    categoría de la práctica", 1986.
  • Premio Iberoamericano de Ética Elena Gil, con
    el libro "Humanismo y Valores en José Martí
    (1ª Mención)
  • Resultado Relevante del Ministerio de Ciencia
    Tecnologia y Medio
    Ambiente (CITMA), 1994.
  • Resultado Relevante del CITMA, 1995.
  • Mejor doctorante extranjero en la URSS por sus
    resultados científico-doctorales, 1984.
  • Nominado al Premio Nacional, José Martí
    1999.
  • Premio nacional de Ensayo Juan Marinello, 2000, con
    el trabajo: Un hombre sensible y de pensamiento.
  • Finalista en el premio Ensayo 2000 de Casa de las
    Américas, con la monografía: Medardo Vitier y la
    cultura cubana.
  • La Editora Ciencias
    Sociales aprobó su proyecto "El hombre, la historia
    y la cultura en A. Carpentier".
  • Finalista premio Casa de las Américas, 2001
    (ensayo).
  • Mención premio nacional de Ensayo Alejo
    Carpentier, 2002.

II. Condecoraciones, Ordenes,
Distinciones.

  • Orden Carlos J. Finlay por su obra científica.
    ( Se otorga por relevante obra científica de toda la
    vida).
  • Distinción por la Educación
    Cubana.
  • Propuesta para la Distinción Proeza Laboral.
  • Profesor Integral mas destacado de la Universidad de
    la Habana (1996-1997).
  • Profesor más destacado en superación
    profesional y atención a maestría de la Facultad,
    1999.
  • Profesor mas destacado en atención a
    doctorado, 1999.
  • Orden Frank País (condecoración de
    máximo nivel docente)

III. Aportes científicos más
relevantes en su obra científica.

  • Sistematización con aportes creadores en el
    tema: El hombre, la actividad humana y la cultura, cuyos
    resultados se concretaron en dos libros 1) La práctica y
    la filosofía y 2) La actividad como categoría
    filosófica. Estas obras se convirtieron en libros de
    textos para la enseñanza superior y los centros de
    investigación científico –
    sociales.
  • Estudio de la obra de Juan Marinello. Con sentido
    cultural y aprehensión integral aporta resultados
    totalizadores del Método Marinelliano.
  • Estudio de la filosofía de José
    Martí, desde el prisma analítico del hombre y la
    subjetividad humana, cuyos resultados se han concretado en 2
    libros, varios artículos y ensayos y en la
    dirección tutoral de varias tesis doctorales. Estos
    resultados han sido expuesto nacional e internacionalmente,
    particularmente en universidades mexicanas, en República
    Dominicana y en Panamá.
  • Estudio teórico metodológico en torno a
    la categoría identidad nacional y cultural, cuyos
    resultados están en proceso de edición por la
    Editora Política. Es una mérito suyo estar entre
    los primeros en Cuba en iniciar un abordaje teórico del
    problema. Formó parte del grupo multidisciplinario que
    dirigió la Dra. Grazziella Pogolotti, José A.
    Portuondo y Julio Le Riverend.
  • Ha obtenido resultados valiosos en el enfoque
    sociocultural antropológico de figuras cuyos discursos
    vinculan estrechamente filosofía, literatura y
    política, como José Martí Juan Marinello,
    Alejo Carpentier, José Enrique Rodó, Antonio Caso
    y Eli de Gortari entre otros.
  • En su obra docente pedagógica ha gozado de
    gran prestigio por el modo en que crea espacios comunicativos
    para el pensar creador de sus estudiantes. Recibió
    Premio Pedagógico, Raúl Ferrer, 2000.
  • Ha formado varios doctores y máster como tutor
    científico con resultados relevantes.
  • Ha elaborado programas
    docentes, especialidades y diplomados y maestrías y
    doctorados con resultados satisfactorios.
  • Realizó estudios profundos de la actividad
    humana, su estructura y funciones, cuyos resultados han sido
    considerados por los especialistas como aportaciones
    sustantivas en nuestra región al tema.

IV. Publicaciones. Ha publicado varios
libros y ensayos. Cinco libros más están en proceso
editorial, incluidos 2 en México y 1 en Ecuador. En su
vida científico – docente, posee una extensa obra en
artículos publicados en revistas cubanas y extranjeras. Es
asiduo colaborador de la Revista de la Universidad
Autónoma de Yucatán y de Expresión
Universitaria de Tabasco, México.

V. Participación en eventos
científicos.
En su trayectoria científico
– docente, se ha caracterizado por su activa
participación en eventos científicos con ponencia.
Tanto nacional como internacionalmente su participación ha
sido destacada.

VI. Otras actividades.

  • Presidente del tribunal nacional Permanente que
    otorga los grados científicos en Ciencias
    Filosóficas.
  • Miembro del Tribunal Nacional Permanente que otorga
    los grados científicos en Ciencia de la
    Educación.
  • Vicepresidente Primero de la sociedad Cubana de
    Investigaciones Filosóficas.
  • Miembro del Cuerpo de Gobierno de la Sociedad
    Económica de Amigos del País.
  • Miembro del Consejo de Expertos del Programa "Cuba",
    del CITMA.
  • Miembro de la Sección de C. Sociales de la
    Comisión Nacional de Grados
    Científicos.
  • Miembro de los Consejos científicos del
    Instituto de Filosofía y la Facultad de
    Filosofía, Historia y Sociología de la
    Universidad de La Habana.
  • Miembro del Tribunal de Categorías docentes
    Superiores de Filosofía, de la Facultad de
    Filosofía e Historia de la Universidad de La
    Habana.
  • Colaborador Permanente del centro de Estudios
    Martianos.
  • Miembro del Colegio de Ciencias Sociales de la
    Universidad de La Habana
  • Subdirector de la Revista "Debates
    Americanos".
  • Jurado en el Premio Nacional Félix Varela,
    1999
  • Jurado en el Premio Nacional de Ciencias Sociales,
    1998.
  • Jurado Internacional en el Premio Ensayo Ricardo
    Miró, 2000, Panamá

 

 

 

Rigoberto Pupo

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